
Durante el año pasado, el Volkswagen Golf de séptima generación encendió las alertas. Era para muchos, el estándar del segmento. Además de que en sus versiones más equipadas combinaba un nivel de tecnología único, una calidad de construcción perfecta y un andar que sin ser deportivo, lo parecía a ratos. Es un auto que lo tiene todo.
Sin embargo el Peugeot 308 GT 180 BlueHDi se acerca peligrosamente a ese nivel de satisfacción. No, el GT no es un modelo GTi (que ya se viene, según lo que dice la prensa internacional), pero el resultado de la propuesta es un auto con esa sazón justa para andar en carretera, un gran turismo muy confortable con atributos sport.

Por ejemplo, lo primero es la experiencia que se tiene al subirse al auto. Tienes el factor diseño, que encuentras en todos los 308, minimalista y vanguardista, donde hay que acostumbrarse a operar todo desde el sistema multimedia SMEG+, incluyendo el climatizador. Las costuras en rojo, la calidad de la tapicería, el volante pequeño, todo te entrega una muy grata sensación. Pero al león lo despiertas con el modo Sport, botón que pulsas por un segundo y que cambia la iluminación del tablero al color rojo. Híjole.

Y ahí, pisarlo. Con buen torque, una caja que sin ser la mejor, hace su trabajo y esa nota sintética del motor (emulada por los parlantes) pero que se siente agradable al oído, bum, en un santiamén alcanzas velocidades altas, a las que los neumáticos anchos acompañan con una rica sensación de grip, muy equilibrada. La suspensión no es muy deportiva, pero es gratamente balanceada y copia excelentemente todo el pavimento sin transmitir balanceos y movimientos innecesarios a la cabina. El modo Sport también activa el display Dynamic, que muestra la presión del turbo, cantidad de torque y potencia, además de un gráfico con la fuerza G que estamos sintiendo. No es que esté de más, pero es algo que sin dudas se le vería mejor al 208 GTi.

En resumen, el 308 GT es como un deportivo maduro, para quienes no necesiten tanta potencia, sino que una experiencia confortable sazonada de deportividad y que no sacrifique estilo ni calidad… y tampoco economía, ya que sus consumos por el propulsor BlueHDi son muy bajos, casi 25 km/l en promedio. Una delicia de auto.
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