Para muchos, puede ser una locura ir en un citycar tan pequeño como el Alto en carretera. Pero para muchas familias, el Alto es su único medio de transporte y como tal, es un auto que se sabe que aperra en todos lados. Para el Alto K10 es algo mucho más fácil por los 200 cc extra de motor y por el equipamiento extra que lleva.
Y así fue la grata sorpresa que nos llevamos tras conocer las mejoras mecánicas del nuevo motor del K10. En la ruta que va desde Santiago hasta Santa Cruz, con tres adultos por auto y con el maletero cargado, el nuevo Alto alcanzaba velocidades de 120 km/h con comodidad. Ya, estamos claros, es un motor pequeño y se esfuerza, además no tiene la estabilidad de un Suzuki Swift, pero se la puede bien. Sumémosle que no es muy rumoroso y su palanca de cambios con accionador actualizado, hace que los cambios sean mucho más precisos y tenemos un Alto que se percibe superior a todas sus anteriores encarnaciones, más vigente en cuanto a ingeniería.
Otros elementos que percibimos son, la bomba del aire acondicionado, más pequeña, más eficiente y que no le come potencia al motor, o la dirección con asistencia eléctrica sensible a la velocidad.
En el interior se agradecen los cambios estéticos porque le da una vibra de «más auto» al Alto. Eso sí, la posición de los interruptores de los vidrios eléctricos no es la más idónea, detrás de la palanca de cambios.
En resumen, el pequeño Alto K10 es un modelo bastante superior al Alto 800. Una mirada más deportiva y un mejor equipamiento, lo hacen un citycar más refinado y pulido, con mejoras que, si eres usuario de Alto, vas a notar y agradecer inmediatamente.
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