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En su estética exterior destacan sus faros LED, altamente sugerentes, así como sus llantas de 21 pulgadas en negro mate y tomas de aire laterales que se activan dependiendo de las necesidades.
Q60 ofertara dos propulsores, un 2 litros Turbo de cuatro cilindros con 211 caballos de fuerza y un V6 de 3 litros Biturbo, con configuraciones de 304 y 405 caballos de fuerza, potencias que desde Alemania no están mirando con muy buenos ojos. Acompañaran a esta potencia, una caja automática doble embrague de 7 velocidades, un esquema de suspensión calibrado digitalmente y la segunda generación del sistema de dirección «by-wire» que ya conocimos en el Q50, entre otros trucos.
Para la marca, la producción del Q60 anuncia el comienzo de un nuevo capítulo en la historia de la planta Infiniti, ubicada en Japón. En la sede ensambladora, ubicada en Tochigi, se han realizado grandes optimizaciones tecnológicas y de infraestructura, para adecuarse al proceso de fabricación del nuevo auto. Para esto, fueron seleccionados 216 maestros artesanos (los conocidos Takumi), altamente calificados y especialmente formados para fabricación de vehículos premium. Detalles, como el exclusivo tono de pintura «Dynamic Sandstone Red» requieren incluso de nuevos procesos.
En Chile ya se nos hace agua la boca. Si todo sale bien, estaría arribando para el 2017.