Visitamos el Rancho Quintanilla «Motocross»
Cada fin de semana, Racing5 Tu blog tuerca, visita los mejores eventos para poder entregarte un completo informe de los pormenores en cada compromiso. Y hoy no fue la excepción, parte del equipo Racing5 visitó las instalaciones del Rancho Quintanilla, donde nos encontramos con una increíble sorpresa escondida en los parajes de Quilpue, nos acercabamos […]
Cada
Y hoy no fue la excepción, parte del equipo Racing5 visitó las instalaciones del Rancho Quintanilla, donde nos encontramos con una increíble sorpresa escondida en los parajes de Quilpue, nos acercabamos a una de las pistas mas modernas a nivel nacional de Motocross.
Comenzábamos a ingresar al terreno motoquero, y la gran sorpresa estaba solo a 250 metros delante de nosotros, una magna pista de motocross que se empinaba hacia la cumbre de los cerros, y luego bajaba para comenzar un trazado de saltos, barro, y mucha, pero mucha tierra suelta (Non Grip!).
La extensa pista cuenta con un sistema de regadío automático, ademas de asistencia para accidentados; si eres publico puedes circular libremente (pero sin perder seguridad) por las cercanías de la pista, pudiendo tomar posición en lugares simplemente espectaculares, que veras en las fotografías.
Y bien, no solo con esto cuenta la pista, sino que el Rancho ofrece alojamiento para los pilotos que deseen quedarse y comenzar con otro día adrenalinico desde muy temprano.También un Restaurante amplio y cómodo, pensando en la familia, para que estos compartan y disfruten de un lindo día, contando con una gran piscina y canchas de fútbol para divertirse. Y por último el racho tiene una sala de venta equipada completamente con accesorios para las motos tales como: neumáticos, cámaras, lubricantes, manubrios, puños, etc. Además de una alta gama de vestimenta, los cuales son: botas, cascos, antiparras, poleras, pantalones etc.
Un lugar que sin duda podras disfrutar de las dos ruedas, A FONDO!.
Y porsupuesto, la galería exclusiva de Racing5.cl
Emilio Mejías
Fotógrafo Racing5 “Cambié los aviones por los autos a los 6 años; me di cuenta que sería más fácil obtener mi licencia Clase B, que de piloto de combate. Luego, el fanatismo fue cosa de segundos”