Daniel Gouët en el Dakar: “Estoy feliz, pero sigo tranquilo”

Pese a su juventud y a erigirse como el segundo mejor chileno en motos después de Francisco “Chaleco” López, Daniel Gouët no renuncia a su estrategia de ir tranquilo y avanzar día a día, manteniendo un ritmo constante y acelerando a fondo sólo cuando la situación lo amerite. Con 23 años, Gouët anunció que mantendrá […]

Pese a su juventud y a erigirse como el segundo mejor chileno en motos después de Francisco “Chaleco” López, Daniel Gouët no renuncia a su estrategia de ir tranquilo y avanzar día a día, manteniendo un ritmo constante y acelerando a fondo sólo cuando la situación lo amerite.

Con 23 años, Gouët anunció que mantendrá la fórmula que le ha dado resultado hasta ahora, sin marearse con el lugar alcanzado hasta ahora.

“Estoy muy feliz. Es mi primera carrera grande de rally y estar 22° es buenísimo. Me lo tengo que tomar con calma, no creerme el cuento para no caerme y terminar”, comentó el piloto de Concepción.

“La moto (Honda CRF 450 X) está andando muy bien, es muy confiable, y me ha permitido hacer mi carrera tranquilo. No he tenido caídas fuertes, así que me siento además entero físicamente”, sostuvo Gouët, el segundo mejor novato de este Dakar.

El hombre del Tamarugal Honda Racing asumió el día de descanso en Arica como tal, y lo dedicará a dormir y recuperar energías para lo que se viene, en sus palabras “lo más difícil del Dakar”.

“El domingo hay una etapa difícil y larga hasta Antofagasta, y después tenemos Copiapó. Ahí creo que va a ser pura navegación y yo creo que pasando Copiapó ya estamos ya, más cerca de Buenos Aires, con harto enlace durante tres días. Los siguientes tres días van a ser los más difíciles”, aseguró.

“La de ayer fue un etapa en que en la primera parte había mucha navegación, lo que más me cuesta, pero anduve bien. Mantuve el ritmo en una etapa rápida, y luego bajé el ritmo en la parte que tenía más piedra y chusca, en que preferí evitar el porrazo”, el mismo que en agosto le costó un paso por un quirófano que hoy se ve lejano, pero que no olvida.

“Soy un amante de los autos casi por genética y con el tiempo he aprendido de mis amigos mecánicos a desenvolverme humildemente en el mundo de los fierros. En los autos encuentro el relajo y tranquilidad que a veces se pierde con la rutina del día a día”.