Eliseo Salazar: «Hay que buscar a los pilotos en familias millonarias»

El ex F1 hace una evaluación feroz del automovilismo en Chile: apuesta por un severo recambio social, acusa falta de manejo comercial y critica a los pilotos jóvenes. Eliseo Salazar es bueno con las fechas. Se acuerda de que la próxima semana se cumplirán exactos 35 años desde la primera carrera que disputó, en Las […]

El ex F1 hace una evaluación feroz del automovilismo en Chile: apuesta por un severo recambio social, acusa falta de manejo comercial y critica a los pilotos jóvenes.

Eliseo Salazar es bueno con las fechas. Se acuerda de que la próxima semana se cumplirán exactos 35 años desde la primera carrera que disputó, en Las Vizcachas, en un Mini. Hoy él tiene canas, el circuito ese no existe y los Mini murieron y renacieron de nuevo.
«Hay muchos problemas», dice hoy como piloto estable del Rally Mobil. «El campeonato es muy bueno, una gran iniciativa, pero Chile es el único país del mundo en que el rally es más importante que la pista. Y es normal: si el automovilismo no puede tener TV en directo y sin TV es imposible generar figuras nacionales que puedan levantar auspicios».
Mas de la entrevista, tras el salto.

¿Hay alguna figura a nivel nacional?
«Ninguna después que yo. La gente que no es del pequeño mundo tuerca todavía me pregunta en la calle dónde estoy corriendo, si sigo en Estados Unidos. Yo les digo que corro rally en Chile, y no tienen idea de qué hablo».

¿Es posible que un campeonato como el Mobil genere figuras internacionales?
«Ninguna. No va a ocurrir jamás. Jorge Martínez es el mejor de todos, tiene veinte años, pero no lo conoce nadie. Y ha ido a Argentina, pero vuelve al rato. Faltan varias cosas. Un camino es el sacrificio: nadie está dispuesto a pasar las pellejerías que yo pasé para llegar a lo más alto. Alegan de la falta de plata, pero ojalá mi papá hubiese tenido un cuarto de lo que tienen todos ahora. Nadie entiende bien el negocio: yo hago algo de marketing y creen que es una cosa mala; creen que siendo los mejores en sus pequeños mundos podrán salir afuera. No va a pasar».

-¿Cuál es la otra vía?
«La vía más realista es reorientar el automovilismo a un deporte de elite, porque bajo estas condiciones mediáticas, conseguir auspicios reales es imposible: me llamó el padre de Scuncio para ayudarlos, y le dije eso: no hay auspicios. Hay que buscar a otro nivel. A gente que tenga lucas en serio: hay que buscar a los pilotos en las familias millonarias; de ahí hay que elegir el talento. Hay que estar dispuesto a gastar, por lo menos, dos millones de dólares durante cuatro años para echar a andar la carrera de un piloto».

-¿De nivel de Luksic o Angelini?
«Exacto. Lamentablemente así como están las cosas hoy, yo no podría hacerle la carrera a mi hijo. El problema es que esas elites no se acercan al automovilismo tipo Diez de Julio que tenemos en la pista. No quiero sonar clasista, porque no lo soy, pero es una realidad. Suena feo, pero hay que subirle el pelo y atraer a las familias que hoy están en las velas o el polo».

-Pablo Donoso, su ex dirigido, fue el último en intentar el camino. ¿Qué pasó?
«Pablo se ha equivocado en un montón de cosas. Hace cuatro años, Raphael Matos estaba igual que Pablo, y llegó a la Indy con la misma plata que Pablo. Hay que aprovechar las oportunidades, y Pablo no lo ha hecho; no como lo hice yo al menos».

-¿Las tuvo realmente?
«Las tuvo, pero tuvo sólo pequeños momentos buenos: ganó una carrera por año. El primer código en esto es ganarle siempre al compañero de equipo, y Pablo, en los momentos claves, no pudo con Bernoldi en la World Series ni con Jeff Simmonds en la Indy Light».

-¿Por qué terminaron finalmente?
«No tenía la dedicación. A mí esto me costó matrimonios y negocios, pero él no tiene el sacrificio extremo que requiere para alguien que viene de Chile. Tenía y tiene condiciones, y en algún momento pensé que tenía hambre, pero se le pasó el tiempo: los autos no fueron su obsesión. No creo ni que termine este año. Descuidó su físico y perdió el norte».

-Dice que mientras no haya un show mediáticamente atractivo no habrá auspicios, pero el Dakar sí es algo probado, y aún así los pilotos no logran conseguir dinero.
«Es frustrante, y con el Dakar la TV se ha equivocado feo: una competencia que revolucionó al país, que sacó a la gente a la calle y no tiene transmisión. Así, los números no dan, ni a mí para correr como me gustaría, en un auto de punta».

-Lo último. ¿Debería el Estado construir un autódromo? ¿Se justifica?
«Evidente, y sale mucho más barato que todos los estadios que se han construido, y lo digo sin criticar al fútbol. Hay que pensar bien: el Dakar, con lo fantástico que es, no sé cuánto le deje al país cuando se vaya. Un autódromo sería más duradero».

El Mercurio/Santiago

Fotógrafo Racing5 “Cambié los aviones por los autos a los 6 años; me di cuenta que sería más fácil obtener mi licencia Clase B, que de piloto de combate. Luego, el fanatismo fue cosa de segundos”