Ford Mustang cumple 50 años. ¿Dónde está la receta para llegar tan lejos?

No se puede decir de todos los autos, que es muy fácil llegar a los 50 años, siendo un referente absoluto de todo lo que significa cultura automotriz. El Mustang acaba de cumplir 50 y lo hace mejor que nunca en su historia.

En la primera generación Mustang Boss 302 y 429 de 1969 y el Mustang Boss 351 de 1971. (Imagen: Motor Trend)

En la primera generación Mustang Boss 302 y 429 de 1969 y el Mustang Boss 351 de 1971. (Imagen: Motor Trend)

Me emociona un poco tener que hablar sobre el ponycar. En un mundo tuerca tan post-moderno, ya no existen los iconos o los autos que reinventan propuestas y se transforman en emblemas para el futuro. Es que es muy difícil inventar algo nuevo a estas alturas y que sea realmente trascendental. Vivimos entre autos sin alma, sin espíritu. Y son muy pocos los que siguen hasta el día de hoy con una filosofía clara. Sobrevivir 5 décadas como un referente indiscutible del estilo, la personalización y el performance es un trabajo duro, pero hay un auto que aún vive con esos ideales y de manera exitosa.

Ford Mustang 1975

Ford Mustang Cobra II de 1975 (Imagen: Carambanal)

No voy a narrar la línea de tiempo del Mustang, porque es tan fácil como buscarla en Wikipedia. Lo interesante del Mustang es… ¿Cómo es que aún sigue vivo? ¿Cómo es que sigue siendo un referente?

Probablemente el Ford Mustang sea uno de esos casos donde el icono automotriz, no es solo un hito entre nosotros. Sino que pasa a ser un elemento de análisis entre la sociedad, porque no es tan simple como rediseñar un auto para 5 años. Hay una cultura, hay un culto, hay un sello evidente que se ha forjado con el ponycar, desde su introducción en Abril de 1964. Y es un ejercicio muy delicado de cómo adaptarse a los tiempos, sin abandonar el concepto original, la premisa del deportivo accesible y personalizable, un auto que es todo lo contrario a un sedán compacto o un sedán mediano y en los tiempos de hoy, a un SUV promedio. Tú te compras un Mustang porque lo haces tuyo, pero también porque el auto te entrega un elemento deportivo básico que te hace disfrutarlo mecánicamente, tanto como al mirarlo.

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Ford Mustang GT 5.0 de 1982 (Imagen: Carcraft)

Por ejemplo, la cantidad de versiones especiales, de estilo y alto desempeño son ridículas. Lo mismo para sus piezas en el mercado aftermarket. Y no solo eso, también es un auto muy codiciado entre los restauradores. Ford todavía vende los paneles originales del primer Mustang, para quienes deseen buscar piezas de repuesto legítimas, hechas con mejor metal que el de antaño. Eso no lo hace cualquier compañía, y habla de lo importante que es mantener a los fans, a la familia cerca de la marca. Como pesa la familia Mustang, que cuando se pensó un reemplazo de plataforma delantera basado en un deportivo de Mazda, fueron los mismos reclamos los que dieron origen a la cuarta generación que hoy conocemos del ponycar en lugar de ver la insignia del caballo galopando en la parrilla de un Ford Probe.

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Tres generaciones de Ford Mustang Cobra. 1993, 1995 y el descomunal SVT Cobra R del 2000. (Imagen: Motor Trend)

Cuando llego la crisis del combustible, muchos pueden hablar del que ha sido uno de los peores Mustangs en la historia. Autos pequeños y con potencias truncadas. El pony con ganas de correr, pero en un corral más pequeño. La economía llego por igual a todos, pero aun así el Mustang seguía siendo reconocible como icono, en sus formas y en su imagen deportiva y personalizable. El chassis Fox le quitó bastante identidad más tarde, pero con el pasar del tiempo y la llegada de nuevas versiones, el corazón del Mustang volvía a latir con fuerzas. Ford siempre le dio al público lo que quería, dentro de lo posible permitido por el periodo en el que se vivía.

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Shelby GT500; 1968 y 2007. (Imagen: AutomobileMag)

Y cuando los muscle cars venían en retirada, Ford se mantuvo con el Mustang hasta el final, incluyendo las versiones retrofuturistas del nuevo milenio. El Mustang trajo de vuelta con su diseño a los fanáticos y reinventó su segmento, el mismo que trajo de regreso al Camaro y al Challenger. No por nada Chevrolet también hizo pública una carta de felicitaciones a Ford por los 50 años del Mustang, ya que el Camaro le debe tanto al Mustang y a J Mays como a Transformers. Un auto que trae de regreso a sus rivales, un auto que habla del espíritu estadounidense de libertad y personalización, pero con poder, con musculo.

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La última generación del Mustang arriba del Empire State, repitiendo la hazaña de hace 50 años atrás.

Cada uno tiene sus autos favoritos, pero en mi palabra, si hubiese que elegir a un auto que fuese embajador del concepto de un auto, más allá de su función práctica, sino en lo que se ha transformado culturalmente, ese es solo uno y es el Mustang.

Ex-Editor y Test Driver - La grua se lo llevó a la competencia, despues de 6 años defendiendo los colores de la Escuderia Naranja. Sin embargo, en su corazón, todos sabemos que es de los nuestros. En Twitter es @absolutbeer