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Pero ese partner hay que encontrarlo. Hoy la IndyCar se encuentra en una situación débil. Después de tener al socio perfecto, una marca estilosa, con ganas de invertir en activación y reconocida por ser parte del consorcio Philip Van Heusen, ahora han quedado a la deriva. Y ojo, IndyCar tiene un buen producto, tal vez el mejor de los últimos 10 años, con pilotos y equipos muy competitivos, buenas carreras, adelantamientos en todo tipo de pista y hasta algunas personalidades interesantes que van surgiendo de a poco como James Hinchcliffe, Simon Pagenaud y hasta la británica Pippa Mann, que aunque no corre muchas carreras es extremadamente activa con los fans en las redes sociales. Pero a la IndyCar le sigue faltando lo que traía un sponsor como IZOD: La capacidad de promocionarse. La capacidad de hacer las cosas bien para que se vean bien de afuera. Una polémica como la que se dio en Sonoma, con el pit-stop de Scott Dixon, debe ser evitada a toda costa, las reglas deben ser claras. Una chicana como la de Baltimore tampoco ayuda. A los ojos de muchos otros relacionados con los deportes motor, la IndyCar es una categoría desordenada y no tan seria. Eso genera mala prensa y eso seguro influye en la búsqueda de auspicios.

Todos, incluso nosotros tenemos que enfrentar el problema de la búsqueda de auspicios para poder seguir haciendo esto. El problema para IndyCar es que la cantidad de recursos que necesita seguro es del orden de los millones de dólares, dinero que no es fácil de conseguir, no es fácil negociar esas cantidades con marcas. IndyCar seguro puede sobrevivir ya que IZOD algo le pagará por el contrato no cumplido, pero correr sin auspicio se ve feo. Ninguna serie de NASCAR lo hace, y hasta categorías muy menores tienen a su socio.
No es crisis todavía, pero esta es una segunda señal que habla mal de las finanzas y capacidad de negociación de IndyCar. La primera, aunque tal vez ustedes puedan encontrar algunas antes, fue la decisión de invadir la «tierra prometida» en el mes de Mayo, programando una carrera de IndyCar en el circuito permanente de Indianapolis, antes de las 500 Millas. Eso muestra que hay cero capacidad de negociación con los circuitos de Estados Unidos, Canadá y hasta México, que podrían recibir a la categoría. Hay infinitos. Pero el producto IndyCar no le resulta tan atractivo a los promotores y circuitos, y ellos son la gente más importante para una serie. Ellos ven que con IndyCar no ganarían plata. Ahora tenemos un auspiciador importante menos. Segunda alerta.
¿Qué te parece a ti la situación de IndyCar? ¿Vamos hacia abajo o hacia arriba?
Matías
2 octubre 2013 at 21:52Es una lástima. Parece que IndyCar da dos pasos adelante y tres atrás. Ojalá se arreglén de una vez por todas.
JuanKASO
23 octubre 2013 at 3:55IndyCar es un fierro caliente y tienen un gran problema en Estados Unidos debido al mercado que les quitó NASCAR (gracias Tony George y tu maldita guerra con CART). Concuerdo contigo Felipe, IndyCar sigue siendo un muy buen producto con carreras entretenidas, pilotos talentosos y equipos competitivos, pero para los gringos no es suficiente. Para encontrar buenos sponsors es vital hacerse visible, tener buenos ratings y recuerda que desde hace muchos años las carreras de Indy no son transmitidas por la señal abierta de NBC y eso los perjudica mucho, de hecho, este calendario tan apretado tiene que ver mas con un asunto televisivo que deportivo. Ahora para nosotros los latinoamericanos, IndyCar siempre tendrá un lugar especial, los ratings de ESPN son buenos (de lo contrario se lo regalarían a FOXsports) y si la serie decidiera venir a Chile o Argentina, te aseguro que sería un éxito total, pero lo que verdaderamente les importa, es recuperar el terreno perdido en USA y eso tardará años.