«lomo de toro» inteligente

Cuantas veces no te ha pasado de quedar pegado al techo por un «lomo de toro» que apareció de la noche a la mañana? Sobretodo si (como todo en este país) se demoran una semana en poner una señalética que avise de su presencia y como si esto fuera poco, la pintura con la que […]

lomo de toro inteligente

Cuantas veces no te ha pasado de quedar pegado al techo por un «lomo de toro» que apareció de la noche a la mañana?

Sobretodo si (como todo en este país) se demoran una semana en poner una señalética que avise de su presencia y como si esto fuera poco, la pintura con la que los pintan dura hasta la siguiente lluvia…

Pues bien, a pesar de todos estos inconvenientes, no encuentras injusto que tu auto sufra las consecuencias de un «lomo de toro» aunque pases a la velocidad máxima permitida?
No debería existir un sistema que sólo afecte a quienes se pasan del límite?

Exactamente lo mismo es lo que ha pensado José Antonio Aguilera, un español de 26 años, que ha creado el «lomo de toro inteligente».

Se trata de una serie de compartimentos separados, que contienen un fluido muy denso. Cuando el neumático pasa por encima, deforma un compartimento y el fluido se desplaza al adyacente vacío. Si el paso de la rueda es muy veloz, el fluido no tiene tiempo para pasar, con lo que se nota una dureza y se produce el tan odiado «saltito».

En cambio, de acuerdo a la velocidad establecida (si todo se hace bien), una rueda que pasa correctamente deforma el compartimento relleno de forma que el vaciado sea efectivo, y es lo más parecido a pasar con la rueda sobre una superficie plana.

Parece ser la solución más justa a fin de sancionar con un rebote en el asiento a quienes se pasan la velocidad y premiar con un andar tranquilo y sin temer por los amortiguadores a quienes la respetan.

Supongo que para contar con estos dispositivos en nuestro país tendremos que esperar al Tricentenario.

“Soy un amante de los autos casi por genética y con el tiempo he aprendido de mis amigos mecánicos a desenvolverme humildemente en el mundo de los fierros. En los autos encuentro el relajo y tranquilidad que a veces se pierde con la rutina del día a día”.