Sin anestesia: Lo bueno, lo malo y lo feo de la temporada 2012 de la IZOD IndyCar Series

Acaba de terminar el 2012, y con ello, una temporada que tuvo muchos altibajos en la IndyCar. Una puesta en escena impecable de la categoría en la pista, fue profundamente opacada por temas políticos y luchas internas de poder, que dejan al serial sin poder aun salir del abismo en que se encuentra. Todo esos […]

Ryan Hunter Reay IndyCar

Ryan Hunter Reay recibe la Astor Cup que lo certifica como campeón de la IndyCar. (Imagen: IndyCar Media, Chris Jones)

Acaba de terminar el 2012, y con ello, una temporada que tuvo muchos altibajos en la IndyCar. Una puesta en escena impecable de la categoría en la pista, fue profundamente opacada por temas políticos y luchas internas de poder, que dejan al serial sin poder aun salir del abismo en que se encuentra. Todo esos temas y más son analizados por Racing5 a continuación.

IndyCar históricamente ha sido una entidad que no puede mantenerse en equilibrio a lo largo de los años, lo cual influye negativamente en el producto dado en pista, y también en que no le permite crecer y atraer nuevos fanáticos. Con la reunificación de ChampCar e IRL en el 2008, se pensó que sería el punto de partida para que definitivamente la politiquería, que tanto daño hizo, fuera dejada de lado y por fin pudiese sentarse cabeza solamente en el producto, es decir, las carreras.

El 2012 era esperado por todos como punto de partida para el resurgimiento de IndyCar. Una «supuesta» estabilidad política en la gente que dirige la categoría, sumado a un nuevo diseño de auto, a la llegada de dos marcas de motores nuevos (Chevrolet y Lotus), el renombramiento de la cadena Versus a NBC Sports, que suponía una mayor oportunidad de audiencia televisiva, la llegada de un piloto de renombre como Rubens Barrichello, entre otras cosas, auguraba un año excelente. Sin embargo, veremos que no fue todo tan así, y que una vez más, IndyCar se dispara a los pies y son ellos mismos los que se matan entre sí.

Pero partamos siendo positivos, y veamos las cosas que fueron buenas para IndyCar el año que recién pasó…

Tuerquitas: Lo bueno

Sin duda alguna, el producto en la pista cumplió, y superó las expectativas de todas las personas que siguen de alguna manera a la IndyCar. Una lucha por el campeonato que se definió en la última vuelta de la última carrera en Fontana, fue la guinda de la torta para un campeonato que tuvo mucha acción y drama a lo largo del año. En Racing5 puedes revisar los resultados de cada fecha, pero es cosa de ver los resúmenes en youtube, o ver nuevamente las carreras para darse cuenta que en la mayoría de las fechas hubo excelentes duelos y finales impensados. También puedes leer en Racing5 lo que deparaba la temporada antes que se iniciara.

Esta excelente temporada se debe básicamente a un auto diseñado por Dallara  que superó todas las críticas estéticas que se le habían dado, y cumplió en dar carrerones a lo largo del año, y ser muy seguro de manejar para los pilotos.  Se adaptó notablemente en las pistas ovales (que eran las mayores dudas que se tenían), permitiendo finales apretados como Indianápolis y Fontana por ejemplo, y fue un auto rápido y versátil en los circuitos callejeros y permanentes, además de ser más rápido que el auto con diseño anterior.

IndyCar Texas

Texas dejó de lado los packs y nos dio una carrera increíble. (INDYCAR/LAT USA)

También hay que destacar el buen desempeño de los motores Honda y Chevy (obviaremos a Lotus), quienes a pesar del poco tiempo para probarlos, cumplieron con dar un rendimiento adecuado a los autos, a pesar que los equipos tuvieron que cambiar en diversas ocasiones de motor debido a fallas. Un aplauso de lujo hay que dárselo a Chevrolet, quienes volvieron a la categoría después de nueve años de ausencia, y lo hicieron en grande, ganando el campeonato de motores a Honda.

El que IndyCar tenga a Ryan Hunter Reay como campeón, alguien  estadounidense, marketeable, perteneciente a un equipo como Andretti Autosport, son solo excelentes noticias para la categoría, que estaba hambrienta de que un americano pudiese volver a campeonar, para así atraer a los esquivos fans que ven a IndyCar como un serial demasiado internacional y sin algún americano de peso. Además, se rompió la hegemonía de cuatro años en que el equipo de Chip Ganassi se quedó con los campeonatos,  y así hubo un tercer equipo que no sea Penske ni Ganassi que dio la pelea por el campeonato.

Ryan Hunter-Reay celebra su primer título de IndyCar. (Imagen: IndyCar / LAT)

Ryan Hunter-Reay celebra su primer título de IndyCar. (Imagen: IndyCar / LAT)

Destacamos también las 500 millas de Indianápolis, que, para muchos, ha sido la mejor Indy500 de la historia, en donde hubo acción de principio a fin, y con un final de infarto entre Darío Franchitti y Takuma Sato. Esto se vio reflejado en el rating de TV de EE.UU, el cual fue de 4.3,  superando el del 2011 de 3,9, y casi empatando a la carrera de Nascar el mismo día en Charlotte, de 4.4.

No podemos olvidar para esta temporada la flamante contratación de Beaux Barfield como director de carrera en reemplazo de Brian Barnhardt (también conocido como TGBB…), quien tuvo decisiones acertadas en beneficio de un mejor producto en pista. Si bien fueron polémicas y discutibles (como por ejemplo poner bandera roja a 9 vueltas del final de Fontana para así intentar terminar la carrera con bandera verde, o el poder adelantar inmediatamente en cuanto sale la bandera verde),  solo le puso más sabor y colorido a la temporada.

Beaux Barfield ya está haciendo cambios y agregando cosas vitales al reglamento de IndyCar. (Imagen: IndyCar Media - Chris Jones)

Beaux Barfield ya está haciendo cambios y agregando cosas vitales al reglamento de IndyCar. (Imagen: IndyCar Media – Chris Jones)

Una especial mención hay que hacer a Michael Andretti y su empresa Andretti Autosport, quienes movidos más por la pasión que por un tema económico, quisieron «salvar» las fechas de Milwaukee y Baltimore, carreras que estaban por desaparecer debido a que no eran solventes para los promotores. A pesar de ello, Andretti puso todo el esfuerzo (y dinero) para que estas carreras siguieran en el campeonato. Como resultado se tuvo un éxito relativo, que al menos hizo que siguieran en el calendario 2013 de la Izod IndyCar Series.

Por último, destacar nuevamente el final de Fontana, en donde se dio la «tormenta perfecta» para IndyCar: ganador del campeonato estadounidense (Ryan Hunter Reay), ganador de la carrera norteamericano (Ed Carpenter), todo en un óvalo con auspicio «americano».

Ahora vayamos con lo malo…

Bandera roja: Lo Malo

Sin duda alguna el tema de la temporada fue el motor Lotus. Se incluyó tarde para formar parte de IndyCar, pero sin embargo aun así logró iniciar la temporada con cinco equipos a sus espaldas, que confiaron (o convencieron $$$) en que tendrían un motor rendidor y a la par con Honda y Chevrolet. Luego de tres fechas de desastroso rendimiento en pista, la categoría llegó a Indianápolis, y con ello cuatro de estos cinco equipos lograron «romper» el contrato e irse a Honda o Chevy. Sin embargo, el team HVM con Simona de Silvestro no logró hacerlo, quedando «amarrado» a Lotus. Resultado: Una horrible temporada. Asimismo, la comentada participación de Jean Alesi en Indianápolis se vio opacada por este pobre rendimiento de Lotus (era el piloto oficial de la marca), siendo «sacado» de la carrera por no tener velocidad.

troll lotus

Esta es una de nuestras fotos favoritas en Racing5. No nos van a regalar un Evora pronto, claramente. Todo mal para Lotus en 2012.

Siguiendo en la senda de los motores, una mala decisión de la categoría fue establecer de antemano la cantidad de motores que iban a poder suministrar las empresas, limitando la cantidad de autos participantes. Fue tan así que varios pilotos  y equipos que deseaban unirse a IndyCar no lo pudieron hacer simplemente por no contar con un motor. El caso emblemático es el de Michael Shank Racing, quién compro el nuevo auto Dallara, e incluso estaba casi listo un piloto para correr con ellos la temporada completa, pero sin embargo, no logró contar con un motor, por lo que se no pudo participar en ninguna fecha del 2012. Mal, muy mal IndyCar.

Para variar, algo más con los motores. IndyCar, para evitar que los equipos cambiaran motor a cada rato (debido a rendimiento, posibles fallas o algún imprevisto), estableció castigos a los autos que cambiarán motores antes de cierto kilometraje, entre otros motivos. Para ello, dijo que se castigaría con 10 posiciones en la grilla de partida al que lo hiciera, y además esto era acumulable.  Sin embargo, esto confundió mucho a los equipos, y sobre todo a los fans, que a veces no entendían cómo si un piloto clasificaba primero o segundo, luego partía décimo o undécimo en la carrera. La cosa era tan enredada que ni siquiera se podía explicar bien.

La cancelación de la carrera en China fue algo nefasto para IndyCar. A tan sólo dos meses de realizarse, se dio a conocer que ya no iba, con lo cual se generaron muchas críticas hacia el manejo de la categoría en este sentido, y fue una de las causales del despido de Randy Bernard, debido a que se perdieron 7 millones de dólares que iban a ingresar por concepto de pago de China a IndyCar, lo cual repercutió en el balance de fin de año, donde  hubo un saldo negativo de casi 8 millones de dólares, justamente por China.

La ciudad de Quingdao en China, que recibiría a la IndyCar en 2012. Estaban ni ahí.

El «apagón» de Izod como promotor de la categoría ha llamado mucho la atención. Después de dos años en que fue un auspiciador muy activo, en donde realizaban fiestas, pasaban comerciales en TV, promociones, entre muchas otras cosas, para este 2012 el cambio fue rotundo. Casi no hay anuncios ni ropa nueva, no hay promociones, no hay nada de IndyCar relacionado con Izod. Fuertes rumores circularon que Izod quería romper el contrato y salirse de Sponsor, pero al parecer todo quedó en nada y seguirán este 2013. Muchos creen que será un patrocinador «pasivo», es decir, tan solo pagará el dinero que sale en el contrato, pondrá los anuncios respectivos que dice el contrato (Izod IndyCar Series, y alguno que otro cartelito en las pistas, algún comercial loco durante las transmisiones televisivas), y nada más. Ojalá no sea así.

Dentro de lo esperable para los pilotos, este año fue decepcionante para dos en especial: Marco Andretti y Graham Rahal. El primero tiene todas las condiciones para ser un piloto que pelee campeonatos: apellido histórico, auto competitivo, equipo de punta. Sin embargo, aun no logra dar el salto. Este 2012 para variar no peleó campeonato, no ganó ninguna carrera, ni siquiera hizo alguna pole position y chocó en Indy500, luego de haberse peleado con todo el equipo a través de la radio. Y por otro lado, Graham Rahal prometía más. Estaba por lograrlo en Texas, ganar su segunda carrera en la categoría, pero sin embargo a dos vueltas del final se va contra el muro, siendo superado por Justin Wilson, con lo cual termina la carrera en segundo lugar. Después de eso, un resto de temporada para el olvido.

Una mala mención para Rubens Barrichello, quien tuvo una temporada decepcionante para alguien con tantos pergaminos. Si bien era primera vez que corría en IndyCar y era todo nuevo para él, se espera «un poco más» debido a su notable experiencia en Fórmula 1. Lamentablemente no podrá demostrar ese talento este 2013, ya que acaba de confirmar que deja IndyCar para ir al Stock Brasileño.

Tony Kanaan y Rubens Barrichello disfrutaron su primer día de pruebas en Sebring. (Imagen: @kvracing on Twitter)

Tony Kanaan y Rubens Barrichello lo pasaron bien juntos hasta que Rubinho se puso a manejar en serio y vio que ni él ni su auto andaban… (Imagen: @kvracing on Twitter)

El gran karma de IndyCar es el rating. Ha hecho de todo para poder aumentarlo, pero hasta el momento ha sido todo lo contrario. El 2012 vio una disminución de casi 20% en relación al año pasado, y obviando Indy500 que aumentó su audiencia, casi todas las carreras tuvieron menos rating en comparación al 2011. Se esperaba que esto no fuera así, ya que Versus pasó a llamarse NBCSports (parte de NBC), con lo cual supuestamente podría alcanzar una mayor audiencia, pero los hechos mostraron ratings deplorables de 0.1, 0.2 y 0.3 a lo largo de la temporada. Tampoco las fechas en ABC fueron buenas en rating, donde la mayoría no superó el 1.0, que es el piso que espera IndyCar en un canal nacional.

Por último, la asistencia de público a las carreras es un tema delicado en IndyCar. Este año, hubo carreras en que aumentó, tales como Barber Motorsports (53 mil espectadores), Sao Paulo (básicamente por Barrichello, que congregó a más de 40 mil), Sonoma (40 mil aprox.) y Mid Ohio (40 mil aprox). Pero en otras bajó. El caso emblemático es Texas, que en sus mejores momentos llegó a tener casi 100 mil personas. Este año «apenas» llegó a 60 mil, y  es de esperar que este 2013 siga cayendo. Edmonton sólo llevo 20 mil personas, y por lo mismo fue sacada del calendario. Milwaukee llevó 20 mil personas (si bien era una carrera cancelada para luego ser revivida tres meses antes de realizarse) y Fontana casi 30 mil (hay que decir que es un buen número para ser recién la primera carrera ahí en siete años). IndyCar necesita desesperadamente aumentar sus asistencias de público, especialmente en las pistas ovales  ya que así puede también aumentar audiencia y crear mayor fidelidad con el producto.

IndyCar TV

Nadie vio a Ryan Hunter-Reay coronarse campeón de IndyCar en Fontana… (Imagen: Captura de pantalla Racing5)

Finalmente, lo malo….

Bandera negra: Lo malo

Sin discusión. La «Politiquería» entre Randy Bernard, los dueños de equipo, el Indianápolis Motor Speedway y Firestone. Una historia larga, que ya te la contamos en Racing5 en su momento. Pues bien, en palabras cortas, le «hicieron la cama» a Randy Bernard. Algunos dueños de equipo, el nefasto Tony George, Firestone y algunos miembros de la junta directiva que tiene el IMS, quisieron echar a toda costa a Randy por sus decisiones sobre el rumbo de IndyCar. Utilizaron la excusa de los «Aero Kits» y sus costos, pero todo tenía un trasfondo que confluyó en la salida de Randy. Esto se hizo con un pésimo manejo comunicacional, en donde cada vez que la categoría tenía algo bueno que publicitar, ellos mismos lograban opacarlo con sus líos internos. Pasó con el impresionante final de Indy500, en donde en vez de hablar de ello, a los pocos días Randy tuiteaba que «hay un grupo de dueños de equipo que quieren echarme». O para el final de Fontana, donde en vez de hablar de Hunter Reay y su campeonato, la prensa y fans estaban pendientes de qué sucedía con Bernard. Finalmente Randy se fue y llegó Mark Milles, un hombre con experiencia en manejo de este tipo de situaciones (fue CEO de la ATP Tennis), de quien se espera dé la paz y tranquilidad necesaria.

Se acabaron las sonrisas para Bernard. (Imagen: IndyCar Media, Chris Jones)

Se acabaron las sonrisas para Bernard. (Imagen: IndyCar Media, Chris Jones)

 

Esperemos que en este 2013, las cosas negativas y malas puedan pasar a un úuuultimo plano, y centrarse solamente en lo bueno. Todo por el bien de IndyCar….

 

Colaborador Racing5 -Especialista Automovilismo Norteamericano “Devoto de los autos desde chico, pero sobretodo del automovilismo americano y los óvalos, tipo de pista con la que alucino cada vez que veo una carrera en ellas y donde me distraigo del mundo por un momento y disfruto mi pasión con todo.”