[Test Drive] Subaru Impreza, el clásico japonés totalmente modernizado

Es uno de los buques insignia de Subaru, un modelo que ha marcado generaciones que recibe una actualización acorde a los tiempos que corren. Robusto, agresivo y tecnológico, es el Subaru Impreza Sport, un modelo impulsado por un motor bóxer de 2.0 litros de 154 caballos de fuerza y 196 Nm de torque asociado a […]

Subaru Impreza

Es uno de los buques insignia de Subaru, un modelo que ha marcado generaciones que recibe una actualización acorde a los tiempos que corren.

Robusto, agresivo y tecnológico, es el Subaru Impreza Sport, un modelo impulsado por un motor bóxer de 2.0 litros de 154 caballos de fuerza y 196 Nm de torque asociado a una transmisión Lineartronic CVT.

Subaru Impreza

Lo primero que llama la atención al subirnos al Impreza son sus múltiples pantallas con información, una tras el volante al centro de la relojería análoga, otra de infotainment en el panel central y una tercera coronando la consola con información adicional del vehículo. Todo digital y a la mano.

La elección de los materiales del interior es más que correcta con una completa tapicería en cuero en asientos y panel frontal de fluidas formas que generan un interesante juego de luces y sombras intervenidas por inserciones en símil aluminio. Al sentarnos nos sentimos empoderados tras un volante forrado en cuero de correcto diámetro -sin pretenciones de deportivo- con una buena cantidad de controles, buena visibilidad hacia la pantalla del computador abordo y cómodos sobre una butaca de buena sujeción y correcto diseño.

Su tren motriz se siente bastante bien para mover este modelo que, a pesar de no contar con turbocompresor, se asocia muy bien con su transmisión CVT logrando sacar partido a cada caballo de fuerza escondido dentro de su bloque de dos litros. Es ágil y maniobrable, principalmente gracias a su cuidada simetría que va desde el motor hasta su tracción All Wheel Drive que aporta a una destacada distribución de pesos que permite llevar el auto exactamente donde queremos, aunque insistimos, no estamos en presencia de un deportivo y tampoco quiere serlo.

Subaru Impreza

En el exterior destaca su diseño de líneas fluidas y angulosas a la vez que producen un interesante juego de luces. En el frontal por ejemplo presenta un parachoques de marcados cortes lumínicos que conducen la vista hacia su grupo óptico con firma lumínica LED que realza el carácter agresivo del conjunto frontal coronado por la parrilla hexagonal clásica de la marca nipona. Sus laterales no están exentos de los cortes lumínicos de la carrocería presentándose varios quiebres visuales entre los que destaca el que alberga las manillas de apertura de las puertas delanteras que otorga la sensación de movimiento y guía la mirada hacia la zaga robusta y de cola alta donde destacan unos focos de generoso tamaño que se extienden hasta el portalón trasero que alberga además un spoiler que acentúa el espíritu deportivo del modelo.

Subaru Impreza

Al volante, el Subaru Impreza nos da inmediatamente la sensación de un auto aplomado y seguro. Se siente ágil gracias a su buena comunión entre el Boxer de dos litros la caja CVT con simulación de marchas, las que quizás desde abajo le cuesta un poco, pero que pueden ser ayudadas bajando un par de cambios a través de los paddle shift al volante. En carretera es suave y silencioso, ideal para trayectos largos escuchando buena música a través de su sistema de sonido de seis parlantes desde nuestro smartphone con conexión Apple CarPlay o Android Auto, pero si de verdad queremos entretenernos, es cosa de entrar a una ruta sinuosa y disfrutar en cada curva su tracción All Wheel Drive y sentir como toma cada curva.

Subaru Impreza

Insistimos, no estamos hablando de un deportivo como podría ser un WRX -su hermano con esteroides-, pero si de un auto sobrio, cómodo, seguro e incluso entretenido cuando se le requiere y es esa personalidad adaptable la que hace de este Subaru Impreza una muy buena elección.

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“Soy un amante de los autos casi por genética y con el tiempo he aprendido de mis amigos mecánicos a desenvolverme humildemente en el mundo de los fierros. En los autos encuentro el relajo y tranquilidad que a veces se pierde con la rutina del día a día”.