Un año sin Dan Wheldon: Recordamos al gran campeón británico dentro y fuera de la pista

Hace un año exactamente, se vivía uno de los días más tristes y difíciles para el automovilismo mundial en los últimos tiempos. Dan Wheldon, una de las principales estrellas de la IZOD IndyCar Series, perdía la vida en un trágico accidente en Las Vegas Motor Speedway, una verdadera tormenta perfecta en un incidente en el […]

Hace un año exactamente, se vivía uno de los días más tristes y difíciles para el automovilismo mundial en los últimos tiempos. Dan Wheldon, una de las principales estrellas de la IZOD IndyCar Series, perdía la vida en un trágico accidente en Las Vegas Motor Speedway, una verdadera tormenta perfecta en un incidente en el que se vieron involucrados 15 vehículos. Hoy, el recuerdo de Wheldon sigue presente en la mente de los seguidores del automovilismo quienes lo recuerdan como un campeón tanto dentro de la pista, con dos victorias en las 500 Millas de Indianapolis y fuera de ella, como un verdadero embajador del deporte motor, siempre con una sonrisa y un comentario agradable para los fanáticos, que hacían posible su trabajo.

Dentro de la pista, Daniel Clive «Dan» Wheldon destacó como un piloto aguerrido y muy talentoso, particularmente en los óvalos. Su carrera en Estados Unidos comenzó en 1999, cuando viajó desde Gran Bretaña por la falta de recursos para seguir corriendo en Europa. En Norteamérica rápidamente demostró su velocidad, ganando el campeonato de USF2000 en 1999 y ascendiendo a la Toyota Atlantic y la Indy Lights, donde dos subcampeonatos le valieron el salto a la IndyCar en 2002 para dos carreras junto a Panther Racing. Si bien Wheldon no obtuvo resultados sólidos, demostró buen ritmo y convenció a Andretti Green Racing para correr con ellos en 2003 a tiempo completo. Los éxitos serían casi inmediatos: Novato del año en 2003, ganador de tres carreras en 2004 y seis triunfos incluyendo las 500 Millas de Indianapolis en 2005, que lo llevaron a obtener su primer y único título en IndyCar. Ya estaba consagrado como uno de los mejores pilotos del circuito y a finales de 2005 fue contratado por la escudería líder de la IndyCar, Chip Ganassi Racing para manejar desde 2006. Junto a Ganassi, Wheldon amasó seis victorias, pero su mejor resultado fue un subcampeonato en 2006.

Convertido en uno de los pilotos más populares de la categoría por su excéntrico estilo, Wheldon se quedó en IndyCar pese a perder su trabajo con Ganassi a finales de 2008. La siguiente etapa de Wheldon fue Panther Racing. Junto a Panther, Wheldon no fue demasiado competitivo, pero se acercó a la leyenda en su circuito favorito en Estados Unidos: Indianapolis. En Indy sumó dos segundos lugares en 2009 y 2010. Pese a lo anterior, las relaciones con Panther no terminaron de la mejor forma por términos económicos y por los resultados poco característicos de Wheldon (10º en los puntos en 2009 y 9º en 2010), y el piloto británico quedó fuera de la butaca para 2011.

Curiosamente, 2011 sería uno de los años más increíbles de la vida de Wheldon y el que grabaría su leyenda para siempre. Al comenzar la temporada, no tenía trabajo como piloto de la categoría, pero poco después firmó con el equipo Bryan Herta Autosport para correr exclusivamente las 500 Millas de Indianapolis. En Marzo, nació su segundo hijo, Olivier. En Mayo, de forma infartante, lograría el triunfo en las 500 Millas con un equipo con muy pocos recursos como Herta. Con eso, la carrera de Wheldon se convertía en la carrera de una leyenda. No era solo un título y un puñado de victorias: Ya eran dos triunfos en Indy 500, la competencia motor más importante y reconocida del mundo.

Wheldon gana las 500 Millas de Indianapolis 2011. (Imagen: IndyCar Media)

Aún sin trabajo, Dan participó en las pruebas iniciales y desarrollo del nuevo Dallara para la IndyCar en 2012, un auto más seguro y avanzado que su predecesor, que terminaría sus funciones en la última fecha del calendario 2011 en Las Vegas. Un premio de 5 millones de dólares había sido ofrecido por Randy Bernard a un piloto que no corriera en IndyCar y que ganara dicha competencia, buscando generar mayor rating y público para la competencia. Nadie se subió, por lo que el premio fue ofrecido a Wheldon…si es que lograba ganar. El piloto, tan entusiasmado por el premio como por ayudar a hacer más conocido el deporte que había hecho su casa, aceptó la misión y se subió al auto #77 de Sam Schmidt Motorsports para la carrera en Las Vegas. El resto es historia y una no feliz historia.

Es probablemente la última frase la que manda en como recuerdan los seguidores de IndyCar a Wheldon: Un gran campeón, pero por otro lado, una buena persona, que dedicó tiempo a sus fanáticos y que a diferencia de muchos otros pilotos y dueños de equipo, tenía un real interés por ver resurgir a IndyCar como la principal categoría de automovilismo de Estados Unidos, situación que se ve muy lejos hoy en día. Wheldon vivió el automovilismo y quiso que a través de él otros lo vivieran, y ese es uno de los legados del piloto británico, un bien muy escaso en el frío mundo de las carreras modernas en sus principales categorías.

Wheldon también vivirá por siempre en su aporte a la seguridad del motorsport, el nuevo DW12 de Dallara para IndyCar. Tal vez la mejor forma de hacerle honor sea a través del desarrollo de un automovilismo más seguro, con nuevos muros, postes y rejas, que eviten que un accidente como el de Wheldon sea fatal en el futuro. Se lo debemos al «Lionheart» británico.

Un saludo para ti, Dan Wheldon, de quienes escribimos y comentamos en la Naranja Mecánica. Nos dejaste muy luego.

(Imagen: IndyCar Media)

Editor Área Motorsport Sigo el automovilismo desde los cuatro años. Es un deporte que nunca deja de sorprenderme, y que me gusta porque mezcla tanto la destreza y estrategia de los pilotos y equipos con la mecánica y tecnología de los automóviles. Me puedes encontrar en Twitter hablando sobre autos como @felipegana