Debate: ¿Qué debe hacer IndyCar para volver a ser relevante?

Milwaukee, la novena fecha del calendario de la IZOD IndyCar Series ha pasado. Ryan Hunter Reay fue el ganador. Unas 30 mil personas vieron la carrera desde las gradas, lo que no está tan mal, ya que la capacidad de Milwaukee no es muy alta por ser un autódromo muy antiguo que ha vivido pocas […]

2013 IndyCar Indy 500 Qualifying

El venezolano Ernesto José Viso corre en la IndyCar. (Imagen: IndyCar Media)

Milwaukee, la novena fecha del calendario de la IZOD IndyCar Series ha pasado. Ryan Hunter Reay fue el ganador. Unas 30 mil personas vieron la carrera desde las gradas, lo que no está tan mal, ya que la capacidad de Milwaukee no es muy alta por ser un autódromo muy antiguo que ha vivido pocas modernizaciones en los últimos años. Lo que estuvo mal fue que solo 196 mil personas vieron la carrera por televisión, anotando uno de los peores rating en el último tiempo. Lo lamentable es que no es que la gente no haya querido ver Milwaukee, la tendencia del rating muestra que rara vez más de 250 mil personas ven una carrera de IndyCar. Considerando que las propias 500 Millas de Indianapolis tienen 3 o 4 millones de televidentes, lo mismo que una competencia de NASCAR, contar con apenas 200 mil personas habla mal de la situación actual de la categoría. Para la mayoría del público tuerca de Estados Unidos, donde realiza todas menos una de sus fechas, la categoría es absolutamente irrelevante. Para gente que antes seguía la categoría. Es como si hubiera desaparecido. ¿Crees que la IndyCar es irrelevante o menos relevante que antes? ¿Cuándo dejó de ser «comparable» con la Fórmula 1 como tope del mundo motorsport?

Es cierto que el problema de IndyCar no es nuevo. Viene arrastrado casi 20 años por culpa de la separación que se dio en 1995, entre CART y la Indy Racing League. Lo que comenzó como una lucha de poder entre dueños de equipo y los dueños del Indianapolis Motor Speedway terminó con la afición partida por la mitad. Con los mejores pilotos y equipos separados en dos series y no solo en una, abriendo espacio para pilotos y equipos de menor nivel. Y esa situación duró hasta 2008 cuando se produjo la esperada reunificación, solo porque el lado de CART ya estaba francamente en quiebra y el otro lado, ya llamado IndyCar, había atraído a los poderosos equipos de la CART, como Penske y Ganassi. Durante cada año del quiebre, la popularidad fue cayendo de a poco, hasta llegar a los límites actuales, en la que solo un grupo de muy fieles seguidores de la IndyCar la siguen viendo carrera a carrera por TV. El resto no se interesa. El público que estaba viendo la Indy 500 en la pista, es equivalente a la gente que vio la carrera de Milwaukee por televisión. La NASCAR Sprint Cup no baja de los 3,5 a 4 millones de televidentes en cada una de sus fechas. Diez veces más. Indianapolis, tenemos un problema.

¿Cómo solucionar un problema que lleva 20 años? ¿Cómo solucionarlo luego? Son preguntas que debe hacerse IndyCar y que debemos hacernos nosotros en este debate. El producto parece no ser el problema de IndyCar en este momento. Los autos actuales, Dallara DW12 con motores turbo, han entregado algunas de las mejores competencias de los últimos tiempos. Pasadas frecuentes en la Indy 500, una loca carrera en Brasil que se definió en la última curva, incluso algunos tramos de las carreras en Detroit, donde pasar es casi imposible, fueron pasables. Los pilotos parecen tener el nivel necesario para correr en la categoría y con la paridad que tienen los nuevos autos, cualquiera puede ganar. Luego competitividad no falta. ¿Se necesitan más pilotos estadounidenses? Si, tal vez. ¿Se necesitan pilotos con mayor personalidad? De todas maneras. Pero aún con buenos espectáculos, IndyCar no aparece en los titulares en Estados Unidos y tiene poca presencia en prensa y online, fuera de sitios muy especializados.

La partida tiene que venir del mundo de la promoción. Es necesario que IndyCar, los dueños de equipo, los partners de TV y los circuitos se den cuenta que con un buen producto no basta, también hay que mostrarlo y hacerlo conocido por más gente, para ver si se sienten atraídos para volver a ver alguna carrera o mejor aún, comprar tickets para verla desde las tribunas. Dentro de la promoción tiene que ir mostrar a los pilotos como los verdaderos héroes que son, pero también como tipos con los cuales el seguidor pueda identificarse fácilmente. Un apellido, una cara no es suficiente, hay que ver una personalidad detrás del casco.  Tal vez sea necesario mejorar el producto que se ofrece en las pistas, no por las carreras en si, sino por la necesidad de agregar mejores categorías teloneras, ya que la Indy Lights no justifica un ticket.  Otro aspecto en el que debe mejorar absolutamente la categoría es en su posicionamiento online, contar con un sitio que entregue información y noticias sobre la categoría y contar con mayor cantidad de medios que estén cubriendo la acción desde las pistas y a través de la televisión.

Todas las ideas entregadas son posibles, tal vez no requieren de cambios radicales para ser implementadas. La pregunta es si serían efectivas. ¿Está IndyCar en la posición en que quiere estar? ¿Qué deben hacer para volver a hacer a la categoría relevante, al menos para volver a crecer? ¿Es el daño demasiado grande y no hay forma de sanar la herida? Danos tu opinión en los comentarios.

Editor Área Motorsport Sigo el automovilismo desde los cuatro años. Es un deporte que nunca deja de sorprenderme, y que me gusta porque mezcla tanto la destreza y estrategia de los pilotos y equipos con la mecánica y tecnología de los automóviles. Me puedes encontrar en Twitter hablando sobre autos como @felipegana