Eddie Irvine: El gigoló de la Fórmula 1 ya está en Chile

Eddie Irvine, ex piloto de Fórmula 1, aterrizó esta tarde en Santiago para participar del Circuito de Campeones, evento que congregará a grandes pilotos nacionales e internacionales con el objetivo de recaudar fondos para la reconstrucción de Chile tras el terremoto del 27 de febrero pasado. Irvine, es reconocido además de su palmarés automovilístico por […]

Llegada Irvine

Eddie Irvine, ex piloto de Fórmula 1, aterrizó esta tarde en Santiago para participar del Circuito de Campeones, evento que congregará a grandes pilotos nacionales e internacionales con el objetivo de recaudar fondos para la reconstrucción de Chile tras el terremoto del 27 de febrero pasado.

Irvine, es reconocido además de su palmarés automovilístico por romances con hermosas y famosas mujeres, entre las que se cuentan Pamela Anderson.

Este piloto norirlandés, sub campeón de la Fórmula 1 en 1999, ha hecho noticia en reiteradas ocasiones. La primera de las grandes controversias de su vida fue cuando en 1993, tras el Gran Premio de Japón, Ayrton Senna le propinó un puñetazo. Era su debut en Suzuka, Irvine advirtió en sus espejos retrovisores que Senna estaba a punto de sacarle una vuelta de ventaja. Claramente, debía dejarlo pasar, en primer lugar porque el irlandés se encontraba rezagado, y en segundo porque el piloto detrás de él era un ex campeón y uno de los hombres más talentosos de la categoría. No obstante, Eddie no cedió su posición, lo cual le valió un puñetazo por parte del brasileño.

Luego, el 2006 volvió a posicionarse en la prensa rosa tras tener un intenso romance con la exuberante actriz canadiense, Pamela Anderson. El piloto confirmaba así un viejo dicho sobre él: «Si vas a una carrera de F1 no dejes a tu mujer cerca de Irvine».

Participó también en varias películas, la más conocida: “The Prince and Me” protagonizada por Julia Stiles.
Ahora, lejos de las pistas, es un reconocido hombre de negocios del sector inmobiliario. Se considera que es el quinto hombre más rico de Irlanda del Norte. Además, es el dueño de un complejo deportivo en Bangor, donde se practica snorkel, carreras en karting, paintball y futbol. Su fortuna personal está valorada en 160 millones de libras esterlinas.

“Soy un amante de los autos casi por genética y con el tiempo he aprendido de mis amigos mecánicos a desenvolverme humildemente en el mundo de los fierros. En los autos encuentro el relajo y tranquilidad que a veces se pierde con la rutina del día a día”.