El presidente de Pininfarina muere en Turín en un accidente de moto

Todo sucedió sobre las ocho de la mañana cuando, como era habitual, Andrea Pininfarina, máximo responsable de la prestigiosa empresa vinculada al automovilismo -especialmente por sus sofisticados y bellos diseños para marcas de prestigio como Ferrari, Maserati y Cadillac-, acababa de salir de su casa para acudir a la oficina. Pininfarina, que hace apenas un mes cumplió 51 años, fue víctima de un accidente cuando conducía, pausadamente, su scooter Vespa GT60.

Giuliano Salmi, jubilado de 78 años, no respetó la preferencia que tenía Pininfarina en un cruce de la población de Trofarello, cerca de Turín, y, tal vez, con poca visibilidad al haber un camión mal estacionado, no pudo evitar embestir al prestigioso industrial, considerado un símbolo de Italia. «Es evidente que el conductor del Ford Fiesta no ha respetado la preferencia de paso«, señaló Luigi Semenzato, comandante de la Policía Local de Trofarello.

«Solo puedo decir que no lo he visto, iba despacio, pero no lo he visto«, reconoció Salmi al llegar al hospital de Moncaveri.

Una ambulancia y un helicóptero acudieron de inmediato al lugar del accidente, pero no pudieron hacer nada para salvar la vida de Pininfarina, que murió en el acto. Este empresario, casado con la aristócrata Cristina Maddalena, tenía tres hijos -Benedetta, Sergio y Luca- y, además de formar parte de la patronal italiana, había sido miembro del consejo de administración de la Juventus de Turín.

«Solo puedo decir que jamás olvidaré lo mucho que nos ayudó cuando estuvo con nosotros del 2002 al 2006«, comentó Giovanni Cobolli Gigli, actual presidente de la vecchia signora.

Formado en EEUU

Pininfarina, licenciado como ingeniero mecánico en el Politécnico de Turín, en 1981, trabajó primero en Estados Unidos, más concretamente en la industria automovilística de Detroit, antes de incorporarse a la empresa que fundó su abuelo Battista y siguió su padre Sergio.

«Era un muchacho de oro«, comentó ayer Luca di Montezemlo, presidente de Fiat y Ferrari. «Italia, Turin y todo el Grupo Fiat pierde a uno de sus grandes símbolos, que supo seguir maravillosa y eficazmente la estela marcada por sus antecesores y familiares», añadió el presidente de la popular escudería roja de fórmula 1.

«Fue uno de los mejores ejemplos de la Italia emprendedora y original«, comentó Giorgio Napolitano, presidente de la República Italiana.

«Era un ingeniero emprendedor, un gran amigo y, sobre todo, un símbolo del made in Italy«, añadió Marco Tronchetti, presidente de Pirelli.

fuente: elperiodico.com