La heróica acción de De Gavardo el día de ayer

Cuando preparabamos ayer el informe final del día sobre el Dakar 2009, Carlo De Gavardo aún no aparecía por la meta. Ya eran la 1.30 de la madrugada y no se sabía nada de él y su navegante Jean Brucy. Nada hacía descartar un accidente, sobretodo por la «sangrienta» jornada como los mismos pilotos la […]

Cuando preparabamos ayer el informe final del día sobre el Dakar 2009, Carlo De Gavardo aún no aparecía por la meta.

Ya eran la 1.30 de la madrugada y no se sabía nada de él y su navegante Jean Brucy. Nada hacía descartar un accidente, sobretodo por la «sangrienta» jornada como los mismos pilotos la catalogaron. Y es que la muerte de Pascal Terry y la gran cantidad de accidentes marcó la quinta etapa del Dakar.

Autos incendiados, camiones volcados, pilotos heridos. Carlo De Gavardo no podía creer lo que veía: «Era increíble ver lo que estaba pasando, junto a Jean quedamos absolutamente asombrados de ver todo devastado a nuestro alrededor, era como estar pasando después de una guerra y ver como la gente trataba de sobrevivir, claro aquí era sobrevivir para una nueva etapa. Todos nos pedían agua y que avisáramos que estaban bien«, comenta el piloto chileno.

Más de esta historia y cómo De Gavardo pasó a convertirse en héroe, tras el salto.

La historia se tornó aún más dantesta a 15 kilómetros de la meta cuando Carlo De Gavardo y Jean Brucy a bordo del Proto T3 vieron a lo lejos una moto con un piloto acurrucado a su lado, a quien la furte lluevia de granizo que caía a esa hora no inmutaba en lo más mínimo a un cuerpo y que al parecer ya se había dado por vencido.

Con fuertes gritos y masajes trataban de hacerlo reaccionar, no abría los ojos pero sí tenía pulsación, lo arrastraron hasta la parte de atrás del auto, (donde se encuentra el motor) y con el calor del tubo de escape comenzaron a reanimarlo.

«Nos impresionamos mucho, pensábamos que estaba muerto pero nuestra alma volvió al cuerpo cuando constatamos que tenia pulso, tratamos de preguntarle el nombre pero no respondía, después de un rato le entendí algo como Federico, pero a esa altura no importaba; su vida era lo único que nos preocupaba. Estaba con hipotermia. Si accionábamos su baliza, por la hora, tardarían mucho en llegar, así que no podíamos dejarlo sólo y no dudamos en llevarlo hasta la meta, pues estaba cerca«, cuenta De Gavardo.

Una vez más compuesto lograron pararlo y lo sentaron en la cabina del Proto T3. Jean Brucy se montó en la rueda de repuesto y avanzaron los últimos 15 kilómetros hasta llegar al fin de la especial, donde un equipo de control lo recibió.

Tras salir de la especial, Carlo y Jean un poco más aliviados, comenzaron a realizar el último enlace. Sin embargo, a pocos kilómetros de llegar al Bivouac oficial el Proto T3 se quedo sin bencina. La risa salto al interior de la cabina de pilotaje pues de todo lo vivido
esto era un «pelo de la cola«.

Luego de la ayuda de lugareños, terminaba la infernal jornada para el piloto chileno Carlo De Gavardo.

Fuente: LaTercera.com

“Soy un amante de los autos casi por genética y con el tiempo he aprendido de mis amigos mecánicos a desenvolverme humildemente en el mundo de los fierros. En los autos encuentro el relajo y tranquilidad que a veces se pierde con la rutina del día a día”.