Opinión: Toyota Corolla 2014, de «Beige» a «Vainilla»

El Toyota Corolla es un auto que se quiere y se odia. No, no me refiero a los términos clásicos en los que nosotros «los tuercas» pelamos a los últimos modelos. Eso sería decir que un auto tiene un diseño «exótico» o que «no tiene un nicho predeterminado». El Corolla es uno de los autos más vendidos del mundo, con una historia que data de 1966. Imagínense cuantos Corolla dan vuelta al mundo. Es algo que ni un Mazda3 o un Hyundai Elantra jamás podrán aspirar. Un Honda Civic, demás, pero no es el punto.

Este es un Corolla básico.

El Corolla para nosotros, así como muchos autos, es el símbolo de lo «Beige», que en la jerga tuerca significa ‘una caja con cuatro ruedas’ que sirve para moverse del punto A al punto B sin inspirar absolutamente nada. Claro, a veces se han mandado sus locurillas, o como siempre, hay algún primo o hermano que es más loquillo (como el Sprinter Trueno AE86) pero el Corolla es un auto derechamente fome. Sus principios son, ser económico, fácil de mantener, espacioso, muy fácil de conducir, a prueba de balas (muy confiable) y hacer todo esto sin molestar a nadie, o sea pasando desapercibido. Todas estas cosas, a nosotros nos molestan. Nos gustan los autos atractivos, que se destacan por algo y que te provocan conducirlos, sea por placer o por velocidad. Pero tal cual como dictan los análisis en la prensa internacional (desde Top Gear hasta Jalopnik), a la mayoría de los mortales, les gusta este tipo de autos. Oye, es cosa de ver la paleta de colores en Chile para darnos cuenta. Ya no hay rojos o azules, o verdes. No, los tonos son oscuros, densos, monocromáticos, donde predomina el negro, blanco, grafito, plateado y el burdeo (porque de rojo, tiene bastante poco).

En Estados Unidos al Corolla lo traen con mucho más equipamiento. Las versiones basicas llevarán cajas automaticas de 4 velocidades. Las más nuevas -y que esperamos lleguen a Chile- transmisiones CVT que emulan 7 velocidades.

Y claro, puedes ser un auto «Beige» pero no es necesario caer tan bajo. Y al parecer en Toyota han entendido un poco esto y han decidido salir del sopor de estos últimos años con el modelo 2014. Al lado del antecesor, es una nave espacial, pero al lado de sus rivales, sigue siendo estándar, claro que más bonito y proporcionado. En el interior también hay mejoras, en cuanto a materiales y equipamiento. Toyota se supera a sí mismo, pero no le interesa estar en el lado más «vanguardista» de la tabla, porque su nicho es el más popular, solo que ahora han entendido que pueden ofrecer un auto «Vainilla» (el auto ‘bien’, que no inspira absolutamente nada, pero al menos no es feo o transparente).

¿Alguien se atrevería a comprar un Corolla azul? Las versiones más «deportivas» llevan asientos de cuero, llantas y acabados cromados que bordean el contorno del frontal en negro brillante.

¿Qué les falta a Toyota? Nosotros queremos riesgo, como los focos dobles o los motores Turbo y queremos que el Corolla salga de los años ’80. Se puede ser Vainilla, pero con cajas de 6 velocidades automáticas, o con tableros más envolventes y con frenos de disco en las cuatro ruedas. No se deja de ser menos electrodoméstico por estar un poco más actualizado. Claro, es el Auris, el sucesor «moderno» del Corolla a quien no le podemos criticar nada, pero entonces cual es el punto de vender un auto algo desactualizado y maquillado.

Ah, lo olvidaba. Es porque su función es sencillamente ser un auto para aquellos que solo necesitan un medio de transporte. Así que no te quejes si cuando llegue a Chile, te ofrezcan la caja automática de cuatro velocidades, o solo 2 airbags o frenos de tambor en las ruedas traseras. Aun así puede que el Corolla sea éxito de ventas y mejor, que aguante terremotos, marepotos y tusunamis mejor que ningún otro. Yo, no tendría uno, pero yo soy uno entre millones que si tendrían uno.