[Review] Changan Alsvin, amplitud y conveniencia por regla

La discusión sobre cómo hacer rendir más el dinero en la compra de un auto nunca llega a puerto, especialmente hoy con el nivel de complejidad visto en los autos y en las necesidades de los consumidores. Sin embargo, cada cierto tiempo hay productos que llaman la atención porque parecen ser una respuesta a esta […]

La discusión sobre cómo hacer rendir más el dinero en la compra de un auto nunca llega a puerto, especialmente hoy con el nivel de complejidad visto en los autos y en las necesidades de los consumidores. Sin embargo, cada cierto tiempo hay productos que llaman la atención porque parecen ser una respuesta a esta pregunta. Ese es el caso del Alsvin, un sedán que por 7 millones de pesos y fracción sobrepasa varias expectativas.

Changan presentó el Alsvin en Chile en enero de este año como una opción más accesible a algunos de los sedanes más vendidos en Chile, como el Chevrolet Sail, el Kia Soluto o el Hyundai Verna. Es decir, se trata de una alternativa de valor, una que en su versión Luxury nos dejó buenas impresiones durante la semana que estuvo en nuestras manos, aunque, claro, siempre hay materias mejorables.

¿Por qué conviene tanto?

Aunque el precio sea acotado para los tiempos que corren, en tamaño el Alsvin no se queda corto. Mide 4,39 metros de largo, casi diez centímetros más que los tres modelos anteriormente mencionados, y, si bien tiene una menor distancia entre ejes, cuatro adultos de hasta 1,80 metros podrán viajar cómodamente. Asimismo, las ventanas dejan entrar mucha luz al habitáculo, lo que ayuda a esa percepción de amplitud.

La posición de conducción es correcta con una salvedad: el volante no tiene ajuste en profundidad. Esto implica que los conductores más bajos (por debajo de los 1,60 metros) tienen que manejarlo con los brazos un poco más estirados de lo recomendable. No obstante, el asiento es cómodo e incluso tiene un llamativo tapiz de cuero sintético y tela con costuras blancas. La visibilidad desde ese lugar también es notable, sin mayores puntos ciegos.

En cuestión de diseño Changan gana mucho terreno, puesto que logró darle al Alsvin un aire más moderno que lo que se ve en su competencia, la cual generalmente apuesta por diseños más sosos. Nos referimos, principalmente, a esa consola central que no sólo tiene los botones justos y necesarios, sino que luce también un aire acondicionado con un display digital y una perillas de para el volumen con un vistoso contorno azul.

Tema aparte es esa gran pantalla táctil de 10’’ para la multimedia. Hasta cuesta creer que en un auto de este precio se llegue a ver paneles de ese tamaño. Ahora, ¿cómo funciona? Hay de dulce y agraz. Primero, usa un sistema operativo Android en el que vienen muchas aplicaciones, incluyendo un navegador integrado, Waze, Spotify, además de la conexión con teléfonos inteligentes por Bluetooth. Es decir, es bastante versátil.

Sin embargo, el sistema no está del todo bien optimizado y hay menús con ajustes de funciones y equipamiento que el auto no tiene, como las ayudas a la conducción. Por otra parte, la conexión por bluetooth con los teléfonos es fluida y estable cada vez que se vinculan. A esto se suman las pantallas monocromáticas del panel de instrumentos, que presentan la información de forma clara y acorde al moderno interior del Alsvin.

Los plásticos de este habitáculo, como es de esperar en esta categoría, son todos rígidos, pero se hace un buen uso de distintas texturas para hacer más interesantes las superficies grises. Todos los paneles a la vista están bien ensamblados, con una excepción: la pantalla de la multimedia queda suelta.

Un sedán tranquilo

En el ámbito técnico, el Alsvin es una propuesta sencilla y eficiente. Su tren motriz está compuesto por un motor gasolinero de 1.4 litros que envía hasta 93 hp y 135 Nm al eje delantero a través de una transmisión de 5 velocidades. Con esto logró un consumo mixto de 16,2 km/l en las mediciones del Ministerio de Energía. En nuestras pruebas, mayoritariamente urbanas sin mucho tráfico, alcanzamos un consumo de 14,7 km/l, un dato coherente con lo que señala dicha cartera.

Un aspecto reseñable que se hace evidente al conducir el Alsvin es su honestidad: se presenta como un sedán enfocado en la comodidad y eso es exactamente lo que entrega. Desde el primer encuentro llama la atención la suavidad de todos sus mandos: el recorrido del pedal del embrague es corto y liviano; la palanca de cambios exige poco esfuerzo y es precisa; y la dirección asistida eléctricamente es extremadamente liviana a bajas velocidades.

Tanta suavidad puede no ser del gusto de todos, pero sí lo será de la mayoría de las personas que busquen un auto que haga más fácil el lidiar con las congestionadas calles citadinas. Además, esto va acorde a las prestaciones que ofrece el grupo motopropulsor, las que, si bien son modestas, se gestionan bien a través de la caja de cambios. El Alsvin inicia el movimiento con soltura en los primeros dos cambios y mantiene sin problemas las cadencias de la ciudad.

No obstante, a este sedán no le gusta acercarse a los extremos de sus capacidades. Si se le somete a maniobras bruscas o se enfrenta con caminos muy curvilíneos, su carrocería se inclina bastante, aunque esto no suponga directamente un riesgo gracias al control de estabilidad. Por otro lado, aunque el pedal de los frenos tiene buen tacto, las frenadas de emergencia se elongan un poco más de la cuenta y los focos halógenos podrían iluminar mejor.

Dos versiones y una pregunta: ¿cuál conviene más?

El Changan Alsvin está disponible en Chile en dos acabados: Comfort y Luxury. El precio de entrada es de $7.390.000 y la segunda versión, diferenciada por su mayor equipamiento, asciende hasta los $7.790.000, siempre considerando solamente el “bono marca” de julio. La paleta de colores es acotada, de sólo cuatro colores: rojo, negro, plata y blanco.

Los 400 mil pesos de distancia se traducen en que la versión Luxury agrega un computador a bordo, una guantera central con apoyabrazos, asistencia de salida en pendientes, un sistema de audio con 4 parlantes en lugar de dos, llantas de 15’’, pero más importantemente, gana el control de estabilidad y tracción y sensores de retroceso. Estos últimos elementos de seguridad son fundamentales en cualquier auto y, junto al resto del equipamiento extra, son una buena razón para pagar la diferencia de precios.

Así, el Changan Alsvin es un auto suficientemente amplio para una familia de tres o cuatro, cómodo para el uso diario y razonablemente económico. Sí, tiene algunas flaquezas, pero también tiene el gran punto a favor de un precio atractivo.

Soy un tipo sencillo. Cuando chico me picó el bichito de la pasión por los autos y los síntomas todavía no se me pasan. Los efectos secundarios me llevaron a estudiar periodismo. Hoy estoy acá para entregarme a quienes leen a la naranja.