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Entre esa elite se encuentra RDSport que nos presenta el RS35, una bestia creada a partir de un BMW 335i que muta de sus 303Cv a unos insanos 414 caballos de fuerza.
La mayor gracia de todo esto es que se trata de una preparación «no invasiva» a nivel de electrónica y un intercooler de mayores dimensiones, lo cual le permite pasar sin problemas la estricta homologación alemana.
Exteriormente también goza de cambios mínimos, como un parachoques delantero de fibra de carbono con una entrada de aire de mayores proporciones, soportes de neblineros también en fibra de carbono, llantas de 20″ y suspensión rebajada 25mm adelante y 20mm atrás, lo que hace resaltar las líneas de la carrocería.
El interior ha quedado prácticamente de serie, pues sólo se incluyen algunos logos del preparador en los detalles de aluminio propios de BMW.