Gracias a la empresa de tecnología Arrow, Sam Schmidt pudo cumplir uno de sus sueños: Volver a manejar en Indianapolis. Para Schmidt, ex-piloto y actual dueño de equipo en la IndyCar y en la Indy Lights, esto no era una posibilidad: Después de un accidente muy grave en la pre-temporada 2000 en el óvalo de Disney, Schmidt quedó cuadrapléjico, paralítico de la cabeza hacia abajo. El accidente fue realmente serio y Schmidt estuvo 5 semanas con respirador artificial luchando por su vida. Cuando salió del hospital, el estadounidense quiso seguir ligado a las carreras y fundó su equipo de Indy Lights primero en 2004 y luego el equipo de IndyCar en 2011. Ahora Schmidt volvió a entrar en la historia del Speedway, volviendo a pilotar un auto, en este caso un Chevrolet Corvette, en el óvalo más famoso del mundo. ¿Cómo? Con movimientos de su cabeza.
Como se explica en el video que colgamos más arriba, Schmidt pilota su Corvette utilizando movimientos de su cabeza. Hacia la derecha y hacia la izquierda significa doblar, hacia atrás acelerar y hacia adelante frenar. Todo está monitoreado por un complejo sistema de sensores y GPS, que ayudan a que los movimientos hagan sentido en la calle o en la pista: Si el movimiento es muy brusco, el sistema lo suaviza para lograr un giro más óptimo. Es un auto semi-autónomo o como lo llaman en Arrow, los desarrolladores del proyecto, SAM (Semi Autonomous Motorcar). Además el sistema de sensores mantiene el Corvette Stingray a una distancia de más de 1 metro de cualquier otro auto que esté en la pista, para evitar accidentes.
Schmidt hizo su exhibición el día domingo antes de las clasificaciones para las 500 Millas de Indianapolis, que ganó Ed Carpenter y en la que los pilotos del Schmidt Peterson Motorsport, del cual Sam es propietario, tuvieron una destacada actuación con Simon Pagenaud clasificandose entre los 9 primeros.
