Hyundai Accent 2021 en Chile: misma receta, pero con ingredientes más frescos

Tras más de 173 mil unidades vendidas en Chile que acreditan su éxito comercial, la quinta generación del Hyundai Accent llega crecida en tamaño, con dos motores gasolineros y en tres versiones, pero sólo en carrocería sedán. La fórmula es la misma en la que muchos chilenos han confiado por años, aunque esto hoy le […]

Tras más de 173 mil unidades vendidas en Chile que acreditan su éxito comercial, la quinta generación del Hyundai Accent llega crecida en tamaño, con dos motores gasolineros y en tres versiones, pero sólo en carrocería sedán. La fórmula es la misma en la que muchos chilenos han confiado por años, aunque esto hoy le pasa la cuenta en el ítem de seguridad, donde su competencia ha hecho más avances.

El Hyundai Accent nació en 1994 como el modelo sucesor a los Hyundai Pony y Excel. Ese mismo año llegó a Chile y obtuvo una recepción positiva en el mercado, la que con los años fue mejorando a medida que se probaba la confiabilidad y economía de la ingeniería surcoreana. De hecho, esos valores lo impulsaron al primer puesto de la lista de los autos más vendidos en Chile en 1997, 2009 y 2015.

Hoy el Accent alcanza los 4,44 metros y se aproxima vertiginosamente al segmento superior al que le toca. Concretamente, esta quinta generación es más grande por 7 centímetros en longitud y por 3 centímetros en ancho y alto. De todas formas, más importante son los 3 centímetros que gana entre sus ejes a favor del espacio interior y los 91 litros extra de volumen en el maletero (480 litros).

Su diseño exterior cambió un buen poco, con gran influencia de su hermano mayor, el Elantra. La sobredimensionada parrilla juega con un entramado de rombos que le dan un interesante efecto tridimensional, además de una serie de brillos y reflejos de luz (no disponible en la versión de entrada). Los focos se mantienen con tecnología halógena,aunque en la versión más cara incluye luces diurnas de LED.

Concepto clave: habitabilidad

Una de las claves del Accent, además de su afamada confiabilidad mecánica, es la maximización del espacio dentro del habitáculo pese a ser un contendiente de tamaño medio en su categoría. Su distancia entre ejes de 2,6 metros es generosa y permite un razonable espacio longitudinal para los pasajeros, aunque la suave caída del perfil del techo hacia el maletero podría penalizar el espacio para los más altos.

El diseño, en cambio, es sumamente sobrio y conservador. Los cambios son apenas los justos para mantener el diseño al día. Hyundai no tomó riesgos en incluir acentos de color ni materiales muy llamativos, con la excepción de las costuras del cuero que forra al volante y el pomo de la transmisión. En el pasado quedó el salpicadero que antes tenía una textura más aventurada, llena de puntos circulares.

Al igual que en la generación pasada, la boca de carga se estrecha por el redondeo del parachoques. El maletero es amplio, pero no el más grande en su segmento.

La ergonomía se nota bien ejecutada, salvo por los diminutos mandos táctiles para controlar el volumen y los atajos de la multimedia, casi arrinconados a un lado de la pantalla de 9’’. Lo positivo de esto es que la pantalla es vastamente amplia para desplegar con claridad las interfaces de Apple CarPlay y Android Auto.

El equipamiento base incluye aire acondicionado, alzavidrios y retrovisores exteriores eléctricos, computador a bordo, controles de audio al volante, encendido y apagado automático de luces, salidas de aire para los asientos traseros, sistema de infoentretenimiento con pantalla de 9’’ y conexiones por USB, bluetooth, además de las aplicaciones para smartphones ya mencionadas.

He aquí el único riesgo que tomó Hyundai: el tacómetro invertido.

Luego, el acabado intermedio agrega un apoyabrazos central delantero, forros de cuero para el volante y el pomo de la palanca de cambios, retrovisores exteriores con abatimiento eléctrico y señalizadores, llantas de aleación de 15’’, neblineros delanteros y una terminación cromada de la parrilla.

La versión más cara recibe control de velocidad crucero, un computador a bordo más grande, luces diurnas de LED y proyectores halógenos, llave presencial y encendido por botón, y llantas de aleación de 16’’.

Imagen referencial para la versión más cara.

La seguridad es un tema sensible para el nuevo Accent. La versión de entrada y la intermedia sólo tienen dos airbags, aunque sí tiene anclajes ISOFIX, sensores y cámara de retroceso. Se aprecia que ahora sí todas las versiones tengan frenos con ABS, aunque esto ahora es una obligación legal.

¿Y el control de estabilidad? Se incluye desde la versión intermedia, junto al asistente de salida en pendientes. ¿Y más airbags? Sólo en la versión más cara; vienen seis de ellos. ¿Nada más? No, pero la mayoría de la competencia sí ha fortalecido la seguridad de sus vehículos. Sólo el Kia Rio4 saca una peor evaluación en este sentido.

Continuidad técnica

El nuevo Accent llega a Chile con dos opciones de motores gasolineros muy similares a los de la generación anterior. Los turbodiesel y los adaptados a gas licuado de petróleo (GLP) ya no son parte de la oferta. En este caso no hay grandes novedades tecnológicas en la mecánica, como turboalimentación o inyección directa, aunque esto, de todas formas, es un punto a favor de la fiabilidad del modelo.

La primera opción, y seguramente la que más se venderá, es un bloque de 1.4 litros que genera hasta 99 hp y 132 Nm de torque, con una transmisión manual de 6 velocidades. Según el Ministerio de Energía, este sedán asociado a este tren motriz rinde 12,9 km/l en ciudad, 20,1 km/l en carretera y 16,7 km/l en la medición mixta.

El otro propulsor es de 1.6 litros y produce 121 hp y un torque 151 Nm a 4.850 revoluciones por minuto. Aunque muestra buenas cifras para su cilindrada, estas se registran a revoluciones inusualmente altas, lejos del rango de uso que la mayoría de los usuarios le darán.

Sin embargo, la gestión de esto queda a cargo de la transmisión automática de 6 marchas, única opción disponible con ese motor al momento del lanzamiento. Con todo esto, se homologó un consumo de 10,7 km/l en ciudad, 18,1 km/l en carretera y 14,5 km/l en el ciclo mixto. Por cierto, un pulgar hacia arriba para la etiqueta Euro 6 de estos dos motores.

También merece una mención a la incorporación de frenos de discos en las cuatro ruedas y las mejoras de rigidez torsional de esta nueva plataforma, debido al uso de metales de ultra alta resistencia en más de la mitad de la carrocería.

Sí, es confiable, pero ¿es aún económico?

La llanta de 16», exclusiva de la versión más cara, calza neumáticos Bridgestone Ecopia EP150 en medida 195/55 R16. Las de 15» usan neumáticos 10 mm más angostos.

Hyundai vende esta quinta generación del Accent con una garantía de 5 años o 100.000 kilómetros. Esto se puede considerar reflejo de la confianza que la marca en Chile tiene en la calidad constructiva de este modelo, aunque no llega los niveles de la garantía de MG. Sin embargo, Accent ya no es todo lo económico que alguna vez lo fue.

La carrocería hatchback ya no llega con este modelo, pues para ese mercado Hyundai vende el i20. En Chile el Accent llega en las siguientes tres versiones:

  • HCi 1.4 Plus con transmisión manual: $10.290.000
  • HCi 1.4 Value con transmisión manual: $11.090.000
  • HCi 1.6 Value con transmisión automática: $13.290.000
Posiblemente estos focos completamente de LED no formen parte del equipamiento de ninguna versión, por el momento.

A estos precios se les puede restar hasta $500.000 por la contratación de los servicios financieros de Amicar. Así, entonces, Accent se encuentra justo en el corazón del segmento B. Algo más económico se puede encontrar en el Hyundai Verna.

¿Es un buen Accent? Por un lado, sí, pues mantiene las características que el año pasado lo dejaron como el séptimo auto de pasajeros más vendido en Chile. Por otro lado, se queda corto en equipamiento tecnológico, pero muy por sobre todo, peca de austero en seguridad. Otros nombres en la competencia como el Nissan Versa, el Volkswagen Virtus, un Toyota Yaris o un Chevrolet Onix son mejores opciones si de protección a los ocupantes se trata.

Soy un tipo sencillo. Cuando chico me picó el bichito de la pasión por los autos y los síntomas todavía no se me pasan. Los efectos secundarios me llevaron a estudiar periodismo. Hoy estoy acá para entregarme a quienes leen a la naranja.