BMW presenta en pista los renovados Serie 4 y Serie 5
En un pequeño tramo preparado para ocasión en el Club de Planeadores de Vitacura BMW reveló dinámicamente al facelift del Serie 5 y al polémico nuevo Serie 4. El primero de este par mantiene intacto su lujo y comodidad con un toque deportivo mientras que el coupé destaca por su comportamiento dinámico, aunque su parrilla […]
En un pequeño tramo preparado para ocasión en el Club de Planeadores de Vitacura BMW reveló dinámicamente al facelift del Serie 5 y al polémico nuevo Serie 4. El primero de este par mantiene intacto su lujo y comodidad con un toque deportivo mientras que el coupé destaca por su comportamiento dinámico, aunque su parrilla frontal no deja de ser polarizadora de opiniones.
El Serie 5 llega a Chile en 4 versiones para todos los gustos mecánicos. En orden de precios, inicia con el 520d con su motor turbodiesel de dos litros y 190 hp; le sigue el 530i con el paquete M Sport impulsado por un motor gasolinero de 2 litros y 252 hp; luego está el híbrido enchufable 530e iPerformance, que entrega hasta 184 hp y puede circular en modo eléctrico por hasta 54 kilómetros; y, finalmente, el brutal M550i xDrive con su motor V8 biturbo de 530 hp y su tracción integral del que hablamos más abajo en la nota.
Por otra parte, el Serie 4 sólo llega con motores gasolineros de cuatro y seis cilindros, este último, además, asociado a un sistema de tracción integral xDrive. La gama se abre con el 420i de 184 hp y un 0 a 100 km/h en 7,5 segundos; luego se escala hasta el 430i, con un motor muy similar, ofrece 258 hp y una aceleración hasta 100 km/h en 5,8 segundos; el escalafón mayor lo tiene el M440i xDrive con los 374 hp de su motor de 3 litros y su lanzamiento hasta los 100 km/h en sólo 4,5 segundos. Todos usan transmisiones automáticas.
Un Serie 5 como la tradición manda
La vigente generación de este sedán ejecutivo de casi 5 metros de largo fue presentada en 2017 con la denominación G30. El año pasado se develó un rediseño de media vida de este modelo (LCI en la jerga de BMW, por Life Cicle Impulse) que, principalmente, luce un nuevo frontal con focos más delgados y unos “ojos de ángel” que se han reducido a un par de formas en L. Este modelo, se podría decir, zafó la tendencia de las parrillas inmensas de los últimos lanzamientos de la marca, pues en este caso sólo se hizo más rectilínea.
Luego, en la zona posterior se ve un nuevo parachoques, al igual que en el frontal, y los focos ahora hacen juegos de contrastes entre los diodos LED y unos bordes negros. Hay nuevos juegos de llantas de 19’’ o 20’’ según la versión.
En el interior los cambios son más sutiles. La materialidad y calidad de ensambles es impecable y se mantiene dentro de lo mejor de en su segmento, aunque la batalla tecnológica con sus pares es muy ceñida. Pese a que en esta actualización se agrega a todas las versiones el panel de instrumentos digital, Audi y Mercedes-Benz todavía entregan un mayor factor “wow” con sus pantallas e interfaces. Claro que las experiencias de uso pueden dar otras apreciaciones, pero para eso es necesaria una prueba más extensa.
El nuevo Serie 5 parte su gama de precios en $40.990.000 con el 520d en el acabado Heritage. El equipamiento de este contempla: acceso por llave presencial, sunroof, iluminación ambiental en hasta 14 combinaciones cromáticas, asientos delanteros con regulaciones eléctricas y memorias, insertos decorativos de madera, iluminación exterior completamente LED, entre otras cosas.
El nuevo Serie 4 y esa parrilla frontal
No somos quienes deben juzgar lo bonito o lo feo, pero sí podemos hablar un poco sobre diseño. Esta famosa parrilla vertical de este coupé —aunque algunos no lo crean— no es antojadiza, sino que es una reverencia a los BMW de los años 30s y 50s cuyas parrillas eran un par de riñones muy altos y angostos. Ahora, el problema no es la parrilla per sé, sino las proporciones del conjunto.
En el 420i, con su carrocería estándar, el parachoques tiene menos entradas de aire que en el M440i con la estética M Sport y, por lo tanto, la parrilla destaca más. Sin embargo, estas proporciones y volúmenes exagerados están también presentes, por ejemplo, entre la rueda trasera y el pilar C, así como en muchos más ejemplos en la gama de BMW. Al fin y al cabo, este no es el primer lenguaje de diseño polémico de BMW, pues hace 15 años Chris Bangle estaba en el ojo del huracán por lo mismo.
En el interior la estética ya no es tan problemática, especialmente porque es prácticamente calcado al del más tradicional Serie 3. Esto significa que es un espacio amplio, con una ergonomía generalmente bien resuelta, materiales acolchados donde más importa en esta categoría y una dotación tecnológica generosa, aunque no vanguardista, tal como ocurre con el Serie 5. Se repite, eso sí, el fallo con los botones para los modos de manejo, ya que obligan a distraer la vista del camino para encontrarlos.
En el lado técnico este es un Serie 4 más agresivo. La altura de su carrocería es casi 6 centímetros menor y sus anchos de vías (distancia entre el centro de la rueda izquierda y la derecha) son 2,3 centímetros más anchos. Su centro de gravedad se redujo bastante, 2,1 centímetros precisamente, y su repartición longitudinal de peso ronda la proporción 50:50. Es decir, muchos buenos ingredientes para un BMW más deportivo que antes.
La familia de motores se hereda de la generación pasada, aunque el M440i salió ganando de todas formas. Este modelo ocupa un motor (B58) de seis cilindros en línea y 3 litros con turbocompresión y muchas otras tecnologías que le permiten alzar su potencia hasta 374 hp y tener un torque de 500 Nm. Esta versión ahora sólo es compatible con un sistema de tracción integral xDrive que, de todas formas, prioriza la propulsión desde el eje trasero. Incluso con todo este potencial se homologó en Chile con un consumo promedio de 12,8 Km/l.
Experiencias al volante
La presentación de este par de modelos incluía una breve prueba en pista de los modelos condicionada por los protocolos sanitarios. Eran 5 autos a disposición: un 420i, un M440i xDrive, un 520d, un M550i xDrive y un M235i que estaba de bonus para la ocasión. Pudimos manejar dos de estos modelos y fuimos pasajeros los otros tres.
Rápida y sincrónicamente, como en una versión citadina y doméstica de Le Mans, los periodistas nos subimos a los autos dispuestos en hilera para comenzar con una vuelta de reconocimiento al circuito creado para la ocasión en el aeródromo.
El tramo tenía dos partes. La primera era un slalom sobre un asfalto con un poco de gravilla, un par de baches y unos vértices con pasto; un desafío de motricidad y agilidad. La segunda era una prueba de aceleración máxima en 125 metros hasta llegar a un cambio de pista brusco de derecha a izquierda demarcado con conos.
Partimos al volante del M235i, un auto que tiene tracción a las cuatro ruedas (prioriza el eje delantero) y una puesta a punto de suspensiones muy duras. Este modelo se mostró sumamente efectivo en ambas pruebas, pero más nos ayudó a conocer las superficies de cada prueba.
De esta forma pudimos hacer el radical contraste con el M550i xDrive. Sí, tiene más de 500 hp, pero su suspensión es sumamente confortable incluso en el modo de manejo Sport. Contrario a lo que esto puede sugerir, durante el slalom y el cambio de pista se mostró con un control de la carrocería sobresaliente que incluso disimula bastante sus casi dos toneladas de tara.
También sorprende su desempeño con el pedal derecho. De hecho, antes de comenzar el tramo el M550i deleitaba a baja velocidad con el ronroneo de su V8 biturbo. No, desde afuera el sonido no es espectacular, pero en el habitáculo la experiencia es mucho mejor. Asimismo, mejora mucho más cuando se pisa el pedal a fondo, incluso sin launch control, pues son 530 equinos y 750 Nm que pegan el cuerpo al asiento, especialmente en la segunda velocidad. El 0 a 100 apenas toma 3,8 segundos, declara BMW. Salvaje.
La diferencia es radical con el 520d, cuyo tren motriz se enfoca en el ahorro de combustible. Con este modelo nos tocó ser testigos de cómo este sedán coleteó en el slalom sin intervención del control de estabilidad en las manos de un colega. Sí, todas las asistencias estaban activadas. Pese a eso, el cambio de pista se hizo sin problemas y la suavidad de marcha era aun mayor. Un auténtico lujo.
Al Serie 4 lo conocimos como pasajeros. Este, tanto en la versión 420i como en la M440i xDrive, es un compromiso casi perfecto entre la comodidad de rodado con dinamismo de conducción. La versión base es ágil, aunque se inclina bastante en apoyos fuertes. No así ocurre con la versión M, ya que evidentemente sus límites estaban muy lejos de lo que las pruebas de esa mañana podían ofrecernos.
El M440i también sorprende por su capacidad de aceleración. Su motor entrega muchísima fuerza desde bajas revoluciones por minuto, aunque a medida que estas suben el sonido no es el más gratificante de los motores de seis cilindros en línea de BMW. Sin embargo, desde adentro es mucho más fácil olvidarse de la polémica por el diseño exterior. Al final del día, la mayor entretención se consigue manejando y para gustos están los colores.
Joaquín Navarro
Soy un tipo sencillo. Cuando chico me picó el bichito de la pasión por los autos y los síntomas todavía no se me pasan. Los efectos secundarios me llevaron a estudiar periodismo. Hoy estoy acá para entregarme a quienes leen a la naranja.