Conociendo a Alejandro García, piloto del Campeonato Nacional de Motociclismo de Velocidad

Después de un período de receso, continuamos con nuestra sección de entrevistas con los pilotos del Campeonato Nacional de Velocidad. En esta oportunidad nos corresponde conversar con Alejandro García, que fue campeón 2011 en 250 cc y en 2012 en la categoría Superbike Promocional.  Actualmente es parte de la categoría Sport 600 junto al equipo […]

Alejandro Garcia SBK Chile 01

Alejandro García. (Imagen: Nicolás Altamirano via Alejandro García)

Después de un período de receso, continuamos con nuestra sección de entrevistas con los pilotos del Campeonato Nacional de Velocidad. En esta oportunidad nos corresponde conversar con Alejandro García, que fue campeón 2011 en 250 cc y en 2012 en la categoría Superbike Promocional.  Actualmente es parte de la categoría Sport 600 junto al equipo Kawasaki CIDEF. Alejandro nos entrega respuestas muy completas y que nos permitirán conocerlo mucho más, particularmente no se pierdan la historia que nos cuenta acerca de la carrera que más recuerda. Pronto más entrevistas con pilotos nacionales en Racing5.

¿Cuéntanos acerca de tus inicios en el Motociclismo?

Mi primera moto me la regaló mi madre, por ahí por los 14 años, teníamos unos amigos amantes del motocross y el enduro y la verdad es que mi madre le tenía fobia al fútbol y no quería que practicara ese deporte, por eso me regaló una moto de cross que solo me dejaba usar los fines de semana. En ese tiempo vivía en la comuna de Nogales y se había recién creado una pista de motocross en el sector denominado «El Polígono». Por esas cosas de la vida terminé jugando fútbol profesional hasta los 23 años, momento en que colgué los guantes y zapatos de fútbol por una lesión rebelde y volví a mi antigua pasión. La verdad es que nunca la deje, mientras fui futbolista, a pesar de que por contrato se nos prohibe el uso de vehículos motorizados de 2 ruedas yo igual tuve una escondido, una Kawasaki ZZR 250, la que vendí al poco tiempo por no poder usar libremente. Bueno, cuando dejé el fútbol definitivamente volví a la antigua pasión, pero esta vez sobre una moto de velocidad destinada al uso diario, una Kawasaki Ninja 250, el año 2010.

Siempre fui un fanático del motociclismo de velocidad, especialmente del motoGP y Valentino Rossi, siempre soñé con tomar una curva con la rodilla en el asfalto, pero en la calle no se puede. Recuerdo una anécdota: justo unos meses antes de comprar mi Ninja 250 estaba viendo un canal que transmitía las fechas del Nacional de Velocidad, una carrera con lluvia… En ese momento entra mi mujer a la pieza y le digo:

¡Mira! ¡En Chile se practica el motociclismo de velocidad!

-Si, y que? – me respondió ella-

Algún día estaré yo ahí -le dije-

Y en ese minuto ella con un tono burlón me respondió -«Si, claro! No tenis ni moto y «vay» a correr ahí!… Ya! Cambia esa cuestión fome!

-Jajajaja! (Quien la viera ahora)…

Retomando la pregunta. Por esas cosas de la vida y luego de que mi mujer me sugirió que buscaramos algún grupo para salir a pasear en moto encontré en internet, en Facebook, un afiche de un club, el Valparaiso Moto Club, y el afiche contenía la invitación a «ver» el campeonato regional de velocidad que se disputaba en el autódromo Villa Olímpica de Quilpué; En ese instante tomé la decisión de escribirle al primer etiquetado en la foto, Mario Frack, Piloto Argentino que venía a cada fecha. Le hice un montón de preguntas y para sorpresa mía en vez de contestarme -me dijo- «el Sábado estaré en la pista, si quieres te respondo personalmente». Era el mes de Noviembre del 2010, ese día Mario, luego de algunas preguntas y exigirme el equipo adecuado -me dijo- «vamos a la pista, hoy estoy solo y no hay problema en que demos unas vueltas a ritmo lento, te dejaré seguirme cuatro vueltas y después sigues a tu ritmo, trata de no mandarte una macana, mirá que me cagás el entreno… Jajaja».

Luego,al salir de la pista, me presentó a los amigos Chilenos que lo acompañaban, Mauricio Concha y su hijo, ahí me dijeron que tenía condiciones y si me quería convertir en piloto, a lo que yo incrédulamente respondí que si… Al mes siguiente, el 12-12- 2010 disputé mi primera carrera, con una moto china y un mono de cuero prestado por Mauricio, logré llegar en 2do lugar en la categoría 100cc novicios… Era un sueño. El 2011 fui campeón nacional en 250cc y en el 2012 fui campeon nacional nuevamente, pero ahora en la categoría SBK promocional, con una Kawasaki ZX-6.

Alejandro Garcia SBK Chile Kawasaki Cidef

Alejandro García (14) comandando su Kawasaki en el Campeonato Nacional.

¿Cómo te ha ido en el Campeonato este año?

Este iba a ser mi primer año con los mejores de Chile, para mi era un año que a priori sería de aprendizaje y nivelación, suponía competir con los mejores y más rápidos de Chile. El objetivo de la nivelación de a poco lo íbamos consiguiendo ya que en cada carrera que disputé logré bajar mis mejores registros, hasta el accidente que me ha dejado fuera hasta hoy. Lamentablemente no pude disputar la primera fecha y me incorporé al campeonato en la segunda consiguiendo un cuarto lugar a pesar de una caída. Luego disputé la tercera fecha y lamentablemente esa fecha tuve un «toque» con mi compañero de equipo, Cesar Barrales, que intentó ganarme el puesto, pero me mando fuera de pista y me hizo perder un lugar, lamentablemente él se fue a piso; ese día fui 5to.  La gran sorpresa vino en la cuarta fecha donde logré pelear hasta la bandera a cuadros por el tercer lugar, con Ricardo Chio y Cesar Mora, dos históricos perdí el podio por una rueda de diferencia. Y en la quinta fecha, donde estaba realizando tiempos para luchar por el último escalón del podio tuve un desafortunado accidente que me tiene fuera y recuperándome hasta el día de hoy.

¿Cómo te definirías como piloto?

Difícil responder.  El 2011 en algunos días, cuando fue necesario fui agresivo, sobretodo cuando disputábamos el título del año 2011 con Marco Muñoz, a quien le gusta ir al cuerpo a cuerpo arriba de la moto, tuvimos carreras en que en cada frenaje, íbamos al toque, lo que incluso nos valió una advertencia por parte de los comisarios deportivos en alguna oportunidad por rayar lo antideportivo y lo peligroso que es ir a los motazos antes de tomar una curva, lo lindo fue que nos la bancamos calladitos los dos y en los sectores ciegos seguían habiendo motazos!

Lo lindo de ese año es que aun mantengo el record de vuelta en la categoría 250cc, desde el 2011. 00.59.456 sentido horario y 00.59.555 en sentido anti-horario.  El 2012 corrí más con la cabeza, debe ser porque el cambio de cilindrada se notó mucho y las velocidades son casi el doble que la 250, en el 2012 cuando no podía escaparme gané varias mangas esperando, en la última vuelta. Ese año corrí con mucha garra, nunca me resigné si me encontraba detrás. No se como se podría definir eso… ¡Que difícil autocatalogarse!  ¿Versátil podría ser un calificativo? No sé, solo sé que siempre intento quedar delante del que está en frente, y si no hay nadie… ¡Intento escaparme!

Alejandro Garcia SBK Chile Kawasaki Cidef 01

¿Qué caracteriza tu estilo de manejo?

La regularidad, soy capaz de dar varias vueltas siempre en el mismo tiempo y sin equivocarme, por lo general las mejores vueltas vienen al final de carrera, cuando hay que jugarse por un puesto más y sorprender al rival si tenemos un ritmo parecido. Ojalá que no alcance a recuperarse.

¿Nos puedes relatar alguna carrera que recuerdes (tuya o que hayas visto)?

Mía, todo el rato. Jeje.

Espero no aburrirlos si… Tiene una historia un tanto larga, pero es bien bonita y es una carrera en la cual me sentí emulando al ídolo de toda la vida, además la gané.

El viaje a Huachalalume comenzó con la idea de hacerme un lindo “auto-regalo”,  hacer un podio, y ojalá en el escalón más alto (se corría la fecha un 10 y 11 de Agosto, fecha de mi cumpleaños).

Bueno, como siempre llegué a la pista el día Viernes, día en que entrenamos y todo bien, o casi bien, ya que como siempre estaba con la idea de que había una frenada que se podía mejorar, la de final de recta… Esta no se me olvidará nunca.

El día Sábado  comenzaron los entrenamientos cronometrados, ese día partía a la pista solo en compañía de mi primo Gustavo. Ese día estaba haciendo un tiempo de 1:08 y seguía con la idea de que podía mejorar esa frenada, en esta carrera correríamos juntos los expertos y promocionales, como casi todo el campeonato, y justo en una vuelta, en la recta, me empareja un superexperto y no cualquiera, el más rápido de Chile. Ni corto ni perezoso quise frenar con él, varios metros más allá de donde normalmente lo estaba haciendo –como pueden ver me tengo bastante fe- pero ni esta me hubiese podido permitir frenar donde lo hacían los más avezados que además tienen las motos con los mejores componentes disponibles, yo iba con todo standard… Hasta los flexibles de freno!

Mi aventura ya se imaginan como terminó.

¡En el suelo!

En ese minuto, apenas me levanté sentí una pena y rabia tremenda conmigo mismo, no podía creer lo burro que había sido, estropeaba el fin de semana cuando este recién empezaba. Al mirar la moto lo primero en que pensé fue en echarla arriba de la camioneta y volver a casa… Luego de unos minutos llegó la camioneta de rescate, subieron la moto a la camioneta y en eso mi querido amigo y director de carrera Martín Valderrama me mira y me dice

–Oye huevón ¿que te pasó en la mano?-

-Nada! – Respondí

-¿Cómo que nada? ¿Y esa sangre?- Replicó él.

Y ahí me miré el guante derecho y lo vi gotear, tenía un pequeño corte en el dedo meñique, así que me fueron a dejar directo a la ambulancia mientras la camioneta se llevó mi moto al box.

En la ambulancia, luego de limpiar la herida que estaba con tierra, me pusieron un parche que asemeja una sutura y me lo envolvieron con gaza, en eso pasaron unos 20 minutos…

Luego de la atención me fui caminando al box, pensando en cómo diablos subir la moto para volver a casa, en ese minuto, entre la caída y la sutura, mi familia ya había llegado, estaban en el box corriendo como locos de un lado para otro con piezas de la moto. Yo no entendía nada. Era como una película de guerra donde todos corrían para todos lados. Mi madre arrodillada bajo la moto limpiando con una brocha que no sé de dónde diablos apreció, mi viejo con la quilla a un lado tirándole agua y limpiando, mi señora con unos tornillos en la mano, mis hermanas con la caja de herramientas como arsenaleras de mi madre;  y en eso aparecieron los amigos, esos que son rivales en algunos momentos, pero que ante todo son amigos

–¡Ale! Acá tienes una pedalera! -Me gritó Julio Sanhueza

– ¡Ale! ¡A la botella del coolant se le hace un bypass! –Me gritaba otro

–  Ale! etc…

Y así, increíblemente mi moto estaba en condiciones de volver a salir a pista; con una pedalera más alta que la otra, pero bueno, que más se podía hacer?… Cuando la moto quedó así quedaban 5 minutos de la Clasificación, en eso me agarra mi vieja y me dice

-¿Cómo estás? ¿Te dio miedo?  ¿Cómo está la mano? ¿Te puedes poner el guante?

Bien, no, bien y si –le respondí-

– Bien! – Me dijo ella- (Y ahí me tiró la frase que siempre me dice y me hace sacar fuerzas) Yo no crié un hijo maricón y esto es como los caballos (Ella hacía equitación y era muy buena) Así que te subes al tiro para que no agarres miedo…

En ese mismo instante subí a la moto, y me metí a clasificar, en ese tiempo no tenía los calienta-neumáticos (me los regaló al día siguiente mi auspiciador Motomar) así que me dí una vuelta completa lento para calentar los neumáticos, en la segunda ya intenté tocar rodilla en la curva de final de vuelta y sentí algo raro, muy raro; la rodilla se me enganchó en el asfalto. Al salir de la curva miré y el deslizador de rodilla no estaba, se había volado en la caída y no me di cuenta. Así alcancé a dar 3 vueltas, se acabó el tiempo y logré clasificar en tercer lugar. Nada mal para haberme caído solo hace 30 minutos. Así terminó el sábado en la pista, aun quedaba ir a la Clínica para que me suturaran el dedo y ver la linda torta que me habían preparado en la cabaña.

Y llegamos al Domingo.

En la primera tanda, la de tanques llenos antes de la carrera apareció un perro en la pista y adivinen a quien se le cruzó… ¡Si, a mi!

Aun estaba tratando de descifrar como mejorar la frenada de final de recta, intentando frenar un poco más allá de lo que ya lo hacía, esta vez no tanto. Pero no me salía.

Esto es lo que más cuesta en este deporte, frenar lo más tarde posible, que el miedo no te gane y te obligue a apretar la maneta de freno antes de tiempo, y cuando venciste el miedo, que tu valentía no se equivoque y te haga perder la noción de cuán rápido de verdad puedes entrar y poder efectivamente hacer la curva, eso de verdad es difícil. Pues bien, en eso estaba y ¡chan! Apareció un perro casi al final de recta, por suerte poco antes de donde comenzaba a frenar, apreté el freno como nunca, la rueda de atrás se comenzó a levantar y ya me di cuenta que el impacto era inevitable, en ese minuto por suerte decidí bien, largué los frenos y aceleré, de haberle pegado frenando era muy probable que me caería. Al largar los frenos y acelerar el impacto no me botó, solo descontroló un poco la moto, hizo un shimming y por suerte reaccioné bien, me relajé, aflojé los brazos y le dí un pequeño golpe al acelerador y la moto se estabilizo, alcancé a frenar y doblé… ¡Ufffff!

Los entrenamientos se detuvieron y buscaron al perrito pero no estaba, así que sé que no lo maté y el perrito de seguro a Huachalalume no volvió más.

Bueno, la practica terminó y me quedé con más dudas que la recon… bueno, hartas dudas, sobretodo en esa frenada, la más fuerte.

Y llegó la carrera. A la moto no le alcanzamos a poner una mica, así que tuve que correr la primera manga sin ella. Ni les cuento lo que molesta el viento a más de 180. Largué bien, logré ponerme segundo rápidamente, pero como corríamos con los expertos mi rival logró pasar a uno y dejármelo entremedio, casi al final de la primera manga estuve a punto de adelantar al experto, lo adelante en la frenada pero quedé pasado, al final de recta de nuevo, y este me hizo la tijera y me pasó de nuevo y no alcancé a pillar al primero.

Para la segunda manga me tenía fe. A esas alturas todos me decían que lo hecho ya era fantástico, sobretodo por haberme caído el día antes y las condiciones en que estaba la moto, con una pedalera más alta y retrasada, sin la mica (En eso apareció José Lopez y me pasó la mica de su moto) y mi mano que casi no le entraba el guante. Yo no me conformaba.

Yo tengo un problema, en realidad no sé si es un problema, pero no soy de los que se conforman sin antes al menos dar pelea, sin al menos intentarlo… Y aun quedaba una manga…

En la segunda manga largué fatal, llegué a la primera curva y estaba cuarto en mi categoría, poder quedar tercero me llevó dos vueltas, luego poder pasar al segundo me costó aun más, casi 4, a esas alturas el primero nuevamente se había ido en el grupito con los expertos…

Cuando logré quedar segundo y llegué a la última curva para entrar a la recta miré hacia adelante y… No había nadie… En ese minuto por un instante pensé en conformarme, un segundo lugar después de todos los inconvenientes ya era bastante bueno, pero eso fue solo una fracción de segundos.

En la siguiente vuelta, al entrar a la recta, nuevamente miré hacia adelante, pero esta vez veía un destello al final de recta, ¡eran los cascos de mis rivales! En la siguiente fracción de segundo me acordé de mi ídolo, del más grande de todos, me acordé de Valentino Rossi y especialmente una carrera, una que se corrió en Malasya el 2010. Valentino largó horrible, quedó atrás y el grupo de cabeza a mitad de carrera le había sacado una ventaja de 3 segundos, casi una recta completa, ahí Valentino en vez de entregarse y conformarse siguió intentando y lo logró, ganó la carrera. En ese minuto me acordé que siempre he soñado con hacer algo así, emular al ídolo. Ese día tenía la oportunidad.

Al pasar por meta vi que quedaban 8 vueltas, ahí pensé “Diosito, que me alcancen las vueltas”.

Desde ese punto de la carrera me dí cuenta que estaba frenando al final de la recta mucho más tarde, no tanto como el más rápido de Chile, pero si mucho más adelante de donde frenaba regularmente, era tremendo lo que descontaba en esa frenada, estaba inspirado, cada vez frenaba un poquito más tarde y a falta de dos vueltas estaba en la rueda de mi rival. En la penúltima vuelta estiré la frenada en la horquilla más lenta del circuito, mi rival se fue un poquito ancho y no perdoné, metí mi rueda en los 30 centímetros que quedaban y luego salí acelerando a fondo y abriendo la trazada para no darle lugar, así llegamos a la última vuelta y en el final de recta me la jugué de nuevo, estiré el frenaje al máximo y logré adelantar al piloto experto que iba con nosotros, se lo dejé entremedio y defendí el lugar… ¡Lo había logrado!

Cuando pasé por meta sentí una sensación que no la puedo describir con palabras, solo sé que miré mi mano derecha que tenía un poco de sangre saliendo del guante y me puse a llorar sollozando, con un ahogo de aquellos… Qué raro, yo estaba seguro que cuando uno estaba feliz  uno reía, pero no, yo estoy seguro que en ese pequeño instante fuí feliz de verdad, y no reí, lloré con más ganas que nunca!

Lo había logrado, había ganado y por unos instantes me había sentido como mi heroe, como mi ídolo, por unos instantes me sentía Valentino…! Traté de llegar lo más compuesto posible al box. Cuando gano lo disfruto mucho, pero soy muy respetuoso porque muchas veces en la vida he sido derr otado y no hay nada que me cabree más que el rival ganador se mofe delante de mí, así que siempre trato de celebrar apenas paso la meta.  Sólo. Yo y mi moto. Pero esta vez no pude aguantar al ver a los míos al final del box, también estaban todos llorando y todos lo hacían de felicidad.

Enseguida llegaron los amigos que me habían prestado repuestos para correr a felicitarme, gracias a ellos viví uno de los fines de semana más lindo de mi vida y no saben cuánto se los agradezco, también llegó el piloto al que le gané al final, fue el primero, y como un caballero que es, me dio un gran abrazo y me felicitó. ¡Y luego toda mi familia!

Y me hice mi “auto-regalo”! 1er lugar que aportó un gran granito de arena para el título nacional 2012.

Ah! Y se me olvidaba, ese día logré hacer 1:06, ¡dos segundos menos que el día anterior en que me caí!

La Serena Alejandro Garcia

Alejandro con la moto con la que ganó en ese épico fin de semana en La Serena.

Tremenda historia, Alejandro.  La siguiente pregunta: ¿Cómo ves la situación del deporte motor en Chile?

Solo me puedo hacer cargo  referente al motociclismo de velocidad, que es la disciplina que practico y conozco más a fondo.

Para mi vamos al alza, cada año ha ido mejorando nuestro campeonato nacional, ya sea en cantidad de pilotos, como en calidad de espectáculo y seguridad. Es una lástima que los medios de difusion masivos, como la televisión no nos den cobertura. Por lo mismo se les agradece de sobremanera este espacio que nos concede Racing5.

Como te decía, vamos en alza. Y si se concretan los proyectos referentes a la construcción de autódromos el espectáculo y la seguridad podrían ser aun mejor. Siento que en seguridad estamos un poquito al debe, a pesar de ir mejorando en comparacion al pasado, pero eso es porque lamentablemente no tenemos circuitos de nivel internacional que cumplan con las condiciones de seuridad, pero lamentablemente es lo que hay y los unicos lugares donde se puede desarrollar la actividad.

¿Cuál es tu marca favorita y por qué?

Todas mis motos han sido Kawasaki, de hecho este año soy piloto oficial de Kawasaki-Cidef. Con la marca ya tengo 2 titulos nacionales, así que ya saben cual es mi marca favorita.

¿Que piloto de motociclismo admiras y por qué?

Como ya les dije, Valentino Rossi. Me encantaba lo fácil que hacía ver este deporte cuando estaba en su peak de rendimiento, al verlo pilotar uno creía que era muy fácil frenar tarde y doblar (su mejor virtud), en especial me llama la atención lo fácil que enlaza cada parte del circuito. Otro que lo hace parecer fácil es Jorge Lorenzo, pareciera que van deslizándose, o sobre rieles en la pista. No fallan nunca, son un verdadero computador. Valentino cuando estaba en su peak y Lorenzo ahora.

Otro que impresiona, y da mucha envidia ver tanto talento, es Marc Marquez… Y en Moto2 mi favorito es Scott Redding, con el y con Valentino me identifico por la envergadura física, don pilotos altos, igual que yo que mido 1,81.

A nivel nacional siempre admiré a Vicente Leguina, que nos representa de manera increíble en Argentina, también Maxi Scheib y Freddy Valderrama. Con los últimos dos he tenido la suerte de compartir en pista y robar algún consejo valioso más de una vez. Con Vicente aun no he tenido el honor de compartir en pista, espero algún día. Vayan mis saludos a los tres.

Alejandro Garcia SBK Chile 02

García celebrando en lo más alto del podio.

Este es tu espacio para agradecer a quienes te apoyan y saludar a los lectores de Racing5

Como comenté este año soy piloto oficial de Kawasaki-Cidef y recibimos el apoyo de Frutisa, Castrol y BikeSport Airoh; y yo personalmente cuento con el apoyo de Motomar y Gestión Publica Consultores abogados.

Mi agradecimento a todos ellos y un especial saludo a mi familia, a mi mujer y mi hija;  a mi amigo Louis Abd-el-Kader y para terminar quisiera honrar la memoria de quienes nos dejaron este año, a Ramon Serrat e Ignacio Lillo, mis saludos y condolencias a sus familias.

Ahora si, por último,  a todos los lectores de Racing5 a quienes espero motivar para que sigan y apoyen el campeonato nacional de motociclismo de velocidad y a ustedes, a Racing5.

Desde ya todos invitados a la última fecha del nacional que se disputará esta semana en el circuito de Interlomas.

Editor Área Motorsport Sigo el automovilismo desde los cuatro años. Es un deporte que nunca deja de sorprenderme, y que me gusta porque mezcla tanto la destreza y estrategia de los pilotos y equipos con la mecánica y tecnología de los automóviles. Me puedes encontrar en Twitter hablando sobre autos como @felipegana