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Latrach, de 55 años, correrá junto a su hijo Juan Pablo, de 21, estudiante de ingeniería civil, ganándose el derecho durante el certamen que se efectuó hace tres meses en el norte de Chile, pero además es uno de los pilotos locales que más recorrido tienen a bordo de una máquina 4×4, acumulando 11 títulos nacionales de Jeep Fun Race y de raid.
Pero donde se expresa con una mayor maestría, desde hace 25 años, es sobre los caminos arenosos y especialmente en las dunas nortinas. Allí también, los campeonatos ganados fueron el cierre de una pasión mecánica vivida únicamente a nivel chileno.
Sin embargo, el Dakar estaba entre sus proyectos y cuando obtuvo su última corona en el 2008, que le daba derecho a la wild card para participar en el rally raid de enero de 2009, supo que éste iba a ser su año. Pero sus sueños no fueron mas allá que la etapa 10.
“Falló la logística. Sufrí mucho para llegar en Copiapó. Pero este primer Dakar me ha dejado bastante contento. Sé que me equivoqué con los repuestos. Ahora tengo todas las piezas en doble o triple. Llevo un vehículo con dos mecánicos para mí solo. Estoy muy preparado. Quiero partir y llegar en Buenos Aires, pero además ser el mejor chileno”, comentó hoy durante el lanzamiento del Team que realizó en la empresa Toyota Chile, en Pudahuel, junto a todo su equipo.
Prácticamente, ya ha olvidado el primer día del Dakar 2009, cuando Loprais se estrelló contra su auto y, a partir de ahí, tuvo que empezar un sin fin de reparaciones. “Casi me quedo fuera de la carrera por ese choque. La clave este año, es que voy a salir mejor, desde el lugar número 49 y no de los últimos como en la versión pasada. Hice valer mis títulos y kilómetros de experiencia, por eso me ubicaron bien”, explicó el piloto.
Jorge Latrach va a manejar un nuevo auto, un Toyota Prado de 4.000cc. más liviano de unos 500 kilos, es decir, más adaptado a las dunas de norte de Chile, con caja automática y sellada. Y, sobre todo, tendrá su hijo mayor a su lado. Un copiloto tranquilo, adepto del rugby y que no se estresa a la hora de emprender este desafío. El objetivo de Jorge de hacer un buen papel nunca ha sido tan cerca. Al que llaman el “zorro del desierto” tiene su Dakar en sus manos.