Llegó el turbo: Volskwagen agregó un nuevo motor y más equipamiento en el T-Cross

Se hizo de rogar, pero finalmente llegó una mecánica turbocargada para el T-Cross. De hecho, era “algo que nuestros clientes estaban esperando y que nos solicitaban”, según afirmó Andrés Calderón, gerente de Volkswagen Chile. Hoy, tres de las cuatro versiones del SUV que debutó en nuestro país en 2019 fueron reconfiguradas; dos de ellas ahora […]

Se hizo de rogar, pero finalmente llegó una mecánica turbocargada para el T-Cross. De hecho, era “algo que nuestros clientes estaban esperando y que nos solicitaban”, según afirmó Andrés Calderón, gerente de Volkswagen Chile. Hoy, tres de las cuatro versiones del SUV que debutó en nuestro país en 2019 fueron reconfiguradas; dos de ellas ahora tienen el nuevo motor 1.0 TSI.

Las dos primeras versiones del T-Cross todavía usan el antiguo motor 1.6 naturalmente aspirado. Son el otro par de variantes superiores las que usan este bloque turbocomprimido de tres cilindros y tan sólo 1 litro que desarrolla 114 hp y 200 Nm. El alza en potencia es poca, pero lo relevante es el torque máximo constantemente disponible entre 2.000 y 3.500 rpm. Este propulsor solamente se ofrece con una transmisión automática de 6 velocidades.

Esta nueva motorización promete un consumo de 10,2 km/l en ciudad, 16,9 km/l en carretera y 13,7 km/l en la mixtura, según el Ministerio de Energía. En “el papel” ninguno de estos datos mejora los del motor 1.6, aunque el desempeño del 1.0 TSI técnicamente debería sobresalir.

También hay novedades sutiles en el interior de estas versiones por la integración del sistema de infoentretenimiento VW Play. Esta interfaz multimedia, además de incluir las conocidas plataformas CarPlay y Android Auto, tiene acceso a una serie de aplicaciones complementarias de música, audiolibros, mapas, entre otros.

VW Play se maneja por medio de una pantalla táctil de 10” y ofrece conexión con teléfonos inteligentes mediante dos puertos USB de tipo C o por vía inalámbrica. Además, el fabricante indica que el sistema puede “leer prácticamente todos los formatos multimedia”, un buen detalle especialmente para los gustos musicales más exigentes.

“De esta forma confirmamos que Volkswagen tiene un foco importante en escuchar a nuestros usuarios y que continuamos trabajando por y para responder a sus necesidades”, comentó Calderón.

Lo que se mantiene

Esta actualización no debe confundirse con el rediseño de media vida que todavía no le toca al T-Cross, ya que solamente es una reconfiguración de sus versiones en Chile. Es decir, todo lo demás es el mismo modelo de antes. Bueno ¿y cómo era este?

Este es un SUV subcompacto formado a partir de la base del Volkswagen Polo. Por lo mismo, sus dimensiones no se alejan mucho: tiene 4,2 metros de largo y unos generosos 2,65 metros entre sus ejes, cifra clave para el espacio interior y sus 420 litros de maletero.

Uno de sus mejores atributos es su nivel de seguridad calificado con 5 estrellas por Latin NCAP. De serie cuenta con 6 airbags, control de estabilidad y tracción, anclajes ISOFIX y asistencia para arranque en pendientes. Según la versión agrega también sensores de proximidad delanteros y traseros con cámara de restroceso, detector de fatiga del o la conductora y asistente de estacionamiento Park Assist.

La versión de entrada, llamada Trendline, queda en seria desventaja de equipamiento en comparación al nivel intermedio, denominado Comfortline. Este segundo nivel le excede con: climatizador bizona, control de velocidad crucero, acceso por llave presencial y encendido por botón, encendido automático de luces, ajuste lumbar del asiento del o la conductora, el sistema VW Play, llantas de 17’’, como lo más reseñable.

Las nuevas versiones del T-Cross parten en $13.990.000 por la Comfortline con el motor 1.6 y transmisión manual, incluido el bono por todo medio de pago. El Trendline, en cambio, está listado en $12.690.000 con la misma bonificación.

Soy un tipo sencillo. Cuando chico me picó el bichito de la pasión por los autos y los síntomas todavía no se me pasan. Los efectos secundarios me llevaron a estudiar periodismo. Hoy estoy acá para entregarme a quienes leen a la naranja.