Schuberth RF 1.7, el casco de Felipe Massa

Segunda clasificación para el Gran Premio de Hungría, Felipe Massa corre detrás de Rubens Brrichello a más de 230km/h cuando a su predecesor se le suelta un amortiguador transversal de 5 cms de diámetro y casi 1kg de peso. Cuatro segundos más tarde y tras dar varios botes sobre la pista, la pieza del monoplaza […]

Casco Felipe Massa

Segunda clasificación para el Gran Premio de Hungría, Felipe Massa corre detrás de Rubens Brrichello a más de 230km/h cuando a su predecesor se le suelta un amortiguador transversal de 5 cms de diámetro y casi 1kg de peso.

Cuatro segundos más tarde y tras dar varios botes sobre la pista, la pieza del monoplaza de Barrichello impacta de lleno en el casco de Felipe Massa, dejándolo inconsciente y con heridas en su rostro. Segundos más tarde, producto del estado de inconciencia, Massa se estrella contra un muro de neumáticos a 190km/h.

Cómo se salvó Felipe Massa? Gracias a su casco, el RF 1.7, construído por la fábrica alemana Schuberth, quien además fabrica cascos de uso militar.

Más detalles de este ultratecnológico caso tras el salto.

Schuberth RF 1.7 fabricado con fibra de carbono y con un peso de 1,4 kilos. Componentes principales:

  • Polietileno: Polímero con memoria que sirve como aislante y que hace al casco una estructura casi impenetrable.
  • Aramida: Fibra sintética compuesta de Kevlar (chalecos antibalas) y Twaron. Posee una buena resistencia a los choques, la abrasión, disolventes orgánicos y el calor (fuego).
  • Fibra de carbono: Un total de 17 capas de este material son utilizados en la fabricación del casco, con el objeto de dotarlo de la mayor resistencia posible.

Otros componentes se encargan por ejemplo de reducir el impacto del cerebro con el cráneo al momento de una colisión, evento que habría ocasionado la muerte del piloto Ayrton Senna. Producto esto último, Schuberth reforzó su estricto control de calidad para sus cascos.

El valor de este casco asciende a unso U$30.000, algo así como CLP $15.000.000.

“Soy un amante de los autos casi por genética y con el tiempo he aprendido de mis amigos mecánicos a desenvolverme humildemente en el mundo de los fierros. En los autos encuentro el relajo y tranquilidad que a veces se pierde con la rutina del día a día”.